1. Amor al trabajo


    Fecha: 10/04/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: jorisa, Fuente: xHamster

    ... larga lista de instrucciones, a quién se le ocurre escribir algo tan largo en México, excepto las letras más grandes que decían: Tome dos. Una flecha señalaba una bombonera con preservativos. No tomé ninguno, siempre traigo en el bolsillo. Una sospecha hizo que parte de mí se tensara. Pasé. Olía a perfume de mujer, y oculto en éste, el mismo aroma de mis dedos. La casa Art Deco adaptada a oficina coincidía con la descripción de Julia, el pequeño jardín entre ésta y la nueva construcción me parecía más bonito de lo imaginado. La escalera de lámina al fondo debía ser aquella que amplificaba el sonido de sus tacones y la oficina a mi derecha, aquella desde donde el patrón la espiaba. Ella se daba cuenta. Atravesé arriesgándome en el intento. Unos gemidos me hicieron voltear a donde yo no quería y descubrí a una mujer regordeta besando un señor canoso en un sillón de respaldo alto. La recepcionista arrodillada, con la falda levantada hasta a cintura saboreaba su pene, los pechos de ellas desbordaban las manos masculinas. Aceleré el paso. Por suerte no me vieron, pero estoy seguro que al menos uno de los que estaban en un rincón oculto por velos me vio pasar. Eran unas diez personas sobre tapetes y cojines mediorientales en una especie de Kama Sutra; las damas parecían edecanes; los hombres, que eran menos, funcionarios públicos. Julia no debía estar entre ellos, no se atrevería a eso en su trabajo. Subí procurando que el sonido de mis pies no los distrajera.Varias chicas en ...
    ... hilera con las pantaletas abajo e inclinadas hacia unas computadoras, seleccionaban videos pornográficos, hombres se introducían en ellas y pronto cambiaban a la siguiente. Julia tampoco estaba allí, Mariana sí. Julia me decía que me iba a gustar antes de presentármela. En realidad, iba a continuar mi ascenso. Pero me vio.—Hola!, ven! —me acerqué. Sus ojos, de miel, su piel, bronceada. Sujetó mi hombro al sentir que le abrían las nalgas, gimió, me dio un beso en los labios—, no sabía que tu oficina había sido invitada —Pregunté por Julia—. Está arriba, con nuestros compañeros, a ti te tocaría con nosotras, fórmate para que nos la metas.—Me encantaría, pero vine verla.—Por lo visto, hoy quiere revivir amores... —otro la penetró, sus pestañas parecían viudas negras copulando en una gota de miel, apretó mi brazo. Volvió a verme—. No te gustaría sentirme?—Ahorita no, gracias.—Pero estás más que dispuesto!!! —su mano hurgaba la tela de mi erección—, aprovecha!—Gracias, en otro momento, con ella presente.—Qué bueno que ya te perdonó! Desde el principio lo iba a hacer, pero no quería pasar como una tonta.Asentí sin saber qué decir. Al menos sabía que obtendría el perdón. En eso, bajó alguien haciendo señas a otro alguien. Se pararon atrás de mí, evitando que oyeran las chicas.—Oye, arriba hay una flaquita que no mames!, está bien buena! Me la chupó y no sabes qué delicia! Es la revelación. Vamos a ver si nos la cogemos—Pues vamos!Subí tras ellos. El salón era pequeño, lleno de hombres ...
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