1. La reeducación de Atrana (27)


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... más apretando con fuerza la cabeza de Lucía entre sus muslos. -La perrita vive con sus papis, ¿cierto? –pregunto Milena retóricamente. -Sí… -contestó Amalia. -¿Saben los papis que viene acá? -Creo que no… -¿Le preguntamos, señora?... –propuso Milena. Amalia liberó entonces a Lucía de entre sus muslos y mientras la adolescente respiraba agitada le preguntó: -Oíme, pendeja, ¿saben tus papis en qué andás? ¿saben de mí? -No, señora, claro que no, me muero si se enteran… La respuesta de la chica hizo que Milena y Marisa sonrieran, satisfechas y cada vez más excitadas. -Quiere decir que si no volvés a tu casa tus papis no sabrían dónde buscarte. –dijo Amalia. -¿Qué… qué quiere decir, señora?... –se alarmó Lucía. -Voy a ser clara. Tenés dos únicas opciones, pendeja: o desaparecés o te convertís en una más de mis esclavas, de mis perras, como Eva y Areana, te vas a vivir con ellas custodiada por Milena y se te acabó tu vida anterior, tu casa, tus papis, todo menos la escuela… Lo que acababa de escuchar hizo que Lucía temblara de pies a cabeza como nunca antes en toda su vida. La elección que le planteaba Amalia era un mazazo en el alma, en su mente, en su ser entero. Entonces susurró: -Le… le pido que… que me deje pensarlo, señora… Es muy fuerte… Es un horror… -Tenés hasta mañana. –contestó el Ama. –Y no pierdas el tiempo con llamaditos telefónicos. Si te decidís por ser una más de mis perras vas directamente al departamento de Eva y te presentás ante Milena. ¿Entendido? -Sí… sí, ...
    ... señora Amalia… -contestó Lucía luego de tragar saliva mientras no dejaba de temblar ante la dramática encrucijada que enfrentaba. -Ahora te vestís y te vas. –ordenó Amalia y dispuso que Marisa le anotara en un papel la dirección del departamento de Eva y bajara con ella para abrirle la puerta del edificio. A partir de allí y hasta el día siguiente la chica vivió un calvario originado en esa lucha que se libraba en su interior entre apartarse de todo ese mundo perverso y fascinante que representaba Amalia o entregarse a ella por completo, lo cual significaba abandonarlo todo: sus padres, su casa, su misma condición humana, su ser mujer para pasar a convertirse en una perra. Apenas llegó a su casa se encerró en su cuarto, se acostó y cuando su madre, al volver del trabajo, golpeó a la puerta y luego entró le dijo que no se sentía bien, nada grave, pero necesitaba descansar hasta el día siguiente cuando debería levantarse para ir a la escuela. Su madre la besó en la frente. -Mmmmmhhhhh, al menos no tenés fiebre. ¿Segura de que no vas a querer cenar, Lu? -No, ma, quiero descansar… -Bueno, hasta mañana, hija, te despierto a la hora de siempre. -Sí, ma, gracias… Llegó el día siguiente y fue el día de una victoria más del Diablo. Milena escuchó el sonido del portero eléctrico mientras observaba cómo Eva y Areana almorzaban en la cocina como de costumbre, en cuatro patas y tomando con los dientes cada trozo de comida mientras cada tanto bebían el agua del otro cuenco. -¡Ahí está! ...
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