1. La reeducación de Atrana (27)


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... –exclamó triunfante y al atender oyó la voz de Lucía, apenas un susurrro: -Soy… soy yo, señorita Milena… -Te esperaba, perrita… -contestó la asistente y bajó a franquearle la entrada a la nueva presa. Una vez en el living del departamento Lucía pudo decir a pesar del nudo que oprimía su garganta: -Ustedes me volvieron loca… -Vos decidiste venir. –la apremió Milena gozando de su dominio sobre la adolescente. -Sí… -admitió Lucía. –pero porque ustedes me enloquecieron… -Vos viniste por aquel aviso, ¿te acordás? -Sí, pero… -Pero nada. –cortó Milena. –Estás acá porque elegiste ser una de nuestras perras, así que sacate todo y ponete en cuatro patas. -Antes quiero hablar con la señora… -Las esclavas tienen prohibido el verbo querer. –la corrigió Milena. –Cuando una esclava necesita algo pide, suplica. -Bueno, le… le suplico que me deje hablar con la señora Amalia… -Te autorizo. Lucía sacó entonces su celular de la mochila y habló con el Ama. -Señora, estoy… estoy ya en el departamento de Eva, con la señorita Milena… -¡Ah, muy bien!... le doy la bienvenida a mi nueva perra… -se entusiasmó Amalia. -Señora, esto… esto es muy fuerte para mí, muy denso… Mi cabeza está por explotar… Lo que quiero, ¡perdón!, lo que… lo que necesito es que si en algún momento no resisto más usted me… me deje volver a mi casa… Amalia saboreaba el éxito de la cacería; se consideraba totalmente satisfecha con tener a Lucía como su nueva perra, con haberla arrancado de su casa, de lo que había sido su vida ...
    ... hasta aquel momento, pero si bien había cedido a la intrusión del Diablo en su mente, no era una infame y por eso concedió a la chica lo que ésta le había pedido. -De acuerdo, pendeja. –dijo. –Vas a ser mi perra mientras lo desees, que de eso se trata esto del BDSM. -¡Gracias, señora! ¡Gracias! –se emocionó la chica. -Dame con Milena. -Sí…-dijo y le extendió su celular a la asistente. -Oíme. -Dígame, señora. -¿Ya la tenés en pelotas? -Todavía no, señora, pidió primero hablar con usted. -Bueno, hacela desnudar ya. ¿Las otras almorzaron? -Sì, señora. -¿Qué comieron? -Hoy les tocó alimento para perros. Lo tragan sin problemas, ya están acostumbradas. -Perfecto, a ésta dale lo mismo y que se vaya acostumbrando y si se te pone difícil calentale el culo a rebencazos. Otra cosa, hoy es viernes, ¿no? -Viernes, señora. -Bueno, la fiesta va a ser el lunes. Llama a todas y deciles que estén aquí a las nueve de la noche. Cena y show… -dijo Amalia y emitió una risita malévola. -Sí, señora. –contestó la asistente entusiasmada ante la proximidad del evento y luego de saludarse cortaron la comunicación. -Desnudate y ponete en cuatro patas, pendeja. –ordenó Milena. -Sí… -murmuró Lucía trascendida por el aire de autoridad que emanaba de Milena. Una vez en posición debió seguir a la asistente hacia la cocina, donde Eva y Areana habían terminado de comer. -Bueno, perras, aquí tenemos a partir de ahora a una más de ustedes, la perra Lucía. Alegrate, Areana, mirá en lo que terminó ésta que tanto te ...
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