1. Supertanque -2


    Fecha: 31/10/2017, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Supertanque, Fuente: CuentoRelatos

    ... relajate, relajate... Primero salieron unas gotas, luego un chorrito, luego lo gordo. Cuando por fin mire abajo, ella me miraba entre satisfecha y divertida. – Te ha costado ¿eh? Se iba a enterar la puta. La agarre de la cabeza y la empuje contra mi polla. Que mierda, no estaba satisfecho. Abrí la puerta del baño y la arroje contra el suelo, con la cara mirando al suelo. Me tire encima. – ¿Qué haces? Dejame. – La desabroche los pantalones mientras ella intentaba levantarse y se la meti. – Aaaaaahhhhhhhhhh... ¿Era de dolor o de placer? Volví a metersela. – Aaaaaaaaaaaaaahhh. Por ahí no, joder. Por ahí no. Y se la metí. – Aaaaaaaaaaaaaah. La tape la boca con la mano para que se callara. Seguía retorciendose en cada embestida, pero estaba decidido a terminar. Después de todo, no iba a follar más en toda mi puta vida. Acabe. Esta hecho. El follón más gordo, ahora si que me había lucido. De puta madre. A la mierda los sueños, las esperanzas, las promesas de futuro. La cárcel me esperaba. O no. – ¿Tienes un pañuelo? Deja de gimotear y dime si tienes un pañuelo. Bueno, da igual, aquí tienes un paquete, presiona en el culo para que dejes de sangrar como una cerda. Vamos, hazlo. – Vas a ir a la cárcel. – No preciosa. No vas a poder demostrar nada. Límpiate con esto – ¿Qué? – No quiero ni un puto ADN tuyo. – Eres un malnacido. La agarre del pelo. – Ahora mismo tu mejor oportunidad es que entre gente por esa puerta y pedir ayuda. Rezale a tu puto Dios para que ocurra, pero mientras ...
    ... tanto, empieza a limpiar. No joder, con el pañuelo no, con la boca. – Me da mucho asco. – A buenas horas Ni que decir tiene que nadie entró por la maldita puerta. Ni que decir tiene que la obligue a limpiarse bien, y que la sangre del suelo la limpio con la lengua. Ya puestos a hacer hijo putadas, estás hay que hacerlas bien, o no se hacen. Tire los pañuelos al suelo y la mire. Tirada en el suelo de un lavabo de caballeros, desarreglada, despeinada, con el maquillaje corrido por el llanto. Estaba preciosa. Me puse a su altura, y la bese. – Y ahora escuchame bien, tu no me conoces, tu no me has visto, tu no tienes ni puta idea de quien coño soy yo. Y yo me voy a cambiar de universidad, ¿Me entiendes? Esto no ha pasado es tu puta vida. Y ahora me voy. Evidentemente, era consciente de que todo lo que había hecho no había servido para nada. Si la chica decidiera contarselo a su padre, se acabo. Pero tenía que reconocerme a mi mismo que verla limpiarme la polla y lamer la sangre del suelo había sido un gustazo. Tendría que haberla hecho comer el pañuelo, o al menos meterselo en la boca. Apunte para mi siguiente violación anal. Me van a descuartizar y yo pensando en la siguiente. Bueno, solo había dos cuestiones que discernir, ¿Cuánto tiempo de vida me queda, y que coño hacer con ello? ¿Cuánto tiempo iba a tardar la chica en echarle valor y decirle a su papaíto: “Papá, un cabrón me ha violado por detrás. Quiero que sufrá antes de morir”? Si no lo hacía esta noche, nunca lo haría. Bien, ...