1. Griselda


    Fecha: 15/05/2019, Categorías: Sexo Interracial Sexo con Maduras Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos

    La historia que quiero contar es real, y me pasó a mí hace tres años. Yo soy una mujer a la que la gran mayoría llama una HEMBRA, así con mayúsculas, o un HEMBRON, como dicen otros. Soy de piel oscura, muy oscura aunque no llega a ser totalmente negra. Tengo grandes pechos y una cola grande y parada, medidas 110, 67, 103. Todo bien puesto, es decir nada caído, una altura de 1,72 metros y 61 kilos de peso. Una larga cabellera, esta sí de un color negro azabache, me dicen que parece el ala de un cuervo, ojos verdes irisados y unos labios muy carnosos, se parecen a los de mi vagina, jajaja. Siempre me he considerado linda, independiente y bien ubicada. A la edad de 25 años decidí ser madre ya que, habiéndome recibido de profesora de educación física, y sabiendo lo que es el sexo puesto que desde temprana edad fui una bombacha floja y había tenido sexo con parientes, amigos y desconocidos, lo había tenido con solteros, casados, separado y viudos, lo había tenido hasta con dos hombres simultáneamente, lo había tenido con un hombre y una mujer y hasta había mantenido, durante unos meses, amoríos con tres hombres juntos, de tal suerte que en más de una ocasión cogí con los tres el mismo día, pues empezaba la mañana en los brazos de uno y terminaba la noche en la cama de otro habiendo estado durante la tarde disfrutando del semen del tercero, ya había practicado el sexo en lugares públicos como privados, si bien lo había echo en cuanta postura se puede encontrar en el kamasutra, si ...
    ... bien lo hice hasta en una vuelta al mundo, nunca tuve sexo anal, porque consideraba que mi culo era solo mío y si bien a más de uno de mis amante, por pedido suyo, le había dado algún beso negro o le había metido uno o dos dedos, el mío estaba impoluto pues ni un beso negro había permitido que le den, creía que había llegado el momento de tener un hijo a fin de no ser una madre vieja y gruñona. Lamentablemente ninguno de los machos que pasaban por entre mis piernas quería ser padre, por lo que decidí tenerlo sola y dejé de cuidarme. No sé quién será el padre del niño que tuve, pero los posibles no pasan de 2 o 3 pues desde que dejé de tomar pastillas hasta que supe que estaba embarazada solo me acosté con 4 y uno de ellos utilizó preservativo. Lo cierto es que desde que supe de mi embarazo dejé de tener sexo, es más hasta dejé de tener contacto con hombres, pues quería ser una madre ejemplar, ¡Soltera!, pero ejemplar No sé si porque cuando Facundo, así lo llamé, nació y comencé a amamantarlo pues mis pechos, de por si grandes, tenían mucha leche, ya hacía siete meses que no tenía sexo, por la succión que me producía su boca en los pezones o por qué, volví a tener deseo de una pija en mi boca y en mi concha, motivo por el cual comencé a mirar nuevamente a cuanto macho se me cruzaba y se me hacía agua la boca y se mojaba toda la concha imaginándonos en la cama, pero ninguno me daba bola pensé debe ser porque aún estoy gorda, debe ser porque estoy con un crio, y mil y una cosa ...
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