1. Compañeros de trabajo


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... llevado, todo lo demás eran tangas, así que elegí unas y me las puse. Volví a mirarme al espejo, y aunque la tela del pantalón delataba mi prenda interior, se me veía un culete precioso. Volví a ser la última en llegar al punto de encuentro y tuve que aguantar las típicas bromas sobre lo que tardamos en arreglarnos las chicas, aparte de las bromas, también pude darme cuenta de que mi camiseta les causaba sensación, ya que me marcaba mis redondos pechos y dejaba ver el arranque de lo que se llama canalillo. La cena estuvo genial, apenas paramos de hacer bromas y reírnos, tanto fue así que a punto estuvieron de echarnos de la terraza donde cenábamos. Tomamos un par de copas y nos volvimos al hotel todos excepto tres que se quedaron un rato más. Estábamos agotados y la semana sería lo suficientemente larga como para que hubiese más días de juerga. En el trayecto al hotel, Carlos, un chico rubio y de piel un poco más clara que el resto, me comentó que se quemaba con facilidad en la playa y que también se le resecaba la piel rápidamente, que a ver si tenía alguna crema hidratante para ponérsela antes de salir del hotel y antes de darse el bronceador, le contesté que sí, que fuera a la habitación por la mañana y que se la dejaría. Eran las nueve de la mañana, y sonó el despertador, salté de la cama y pude ver por la ventana de la habitación como hacía un día radiante de sol y calor, estaba contentísima. Me fui a la ducha y me depilé, primero las piernas, luego las axilas y ...
    ... finalmente el vello púbico. No me depilé el pubis totalmente, si no que me dejé una fina tira en medio, me gustaba ese tipo de depilación, y las experiencias que había tenido con varios chicos, me confirmaba que a ellos también les excitaba. Ya estaba, ahora un poquito de agua, un poco de crema para que no se me irrite, limpiar los restos de vello que se quedan en la bañera y limpiar el corta-pelos. Limpiando éste estaba, cuando oí que llamaban a la puerta de la habitación. Me enrollé a una toalla y abrí. Era Carlos, que venía a por la crema hidratante. Me dijo que si podía usarla allí mismo, para no tener que andar pasillo arriba pasillo abajo, y le dije que sí, que usara el baño. Le cerré la puerta del baño y yo me quedé en la habitación. Saqué un vestido de gasa blanco que usaba para ir a la playa y un bikini color naranja con un girasol amarillo en la braguita y otro en una de las copas del sostén. Había llevado tres y los tres eran del mismo corte, no eran tipo tanga, pues no me agradaban demasiado para ir a la playa, pero sí que eran bastante pequeños, de esos que se anudan a ambos lados de las caderas y que te tapan bastante menos de media nalga, pero sin llegar a ser tanga. Me puse la parte inferior y cuando estaba colocándome la parte superior oí como se habría de repente la puerta del baño. Nos vimos en una situación un poco embarazosa. Supongo que Carlos había llegado a ver parte de mi pecho, a mi no me importaba, porque habitualmente tomaba el sol en la playa sin la parte ...
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