1. abuela incestuosa


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... las piernas abiertas y no podía sentarme, me acosté. A todo esto ni caliente estaba. Ni pensar en un orgasmo, solo sufría. Me dice, ya te acostumbraras, que bien corcoveas eres muy buena hembra, pero debes hacerte lavajes o enemas antes de coger, te cagas demasiado. Esos fueron sus piropos antes de roncar. Al atardecer se despierta consulta con su reloj y me dice vístete que en cuatro horas zarpa el barco. Íbamos una semana a Piriapolis. Supuestamente de luna de miel. En el viaje no jodio, dolorida pero gracias a un calmante dormí bien. Pensé espero me dé un tiempo a reponerme de mis dolores, sobre todo las puntadas en el orto que me daban al sentarme. Pasaron dos días y no me toco, ya estaba curada y mi calentura había vuelto, me dije esta noche me cogerá, espero poder gozar aun con algo de dolor, no importa. A la noche lo acaricio y le pido mientras lo pajeo, se sentó en la cama y me dijo, tu conducta es la de una puta, que?, si, la mujer nunca busca al hombre, eso solo lo hacen las prostitutas, le iba a contestar y bueno yo soy tu putita, pero por respeto me calle. Me dice, buscar lo debe hacer el hombre cuando tiene ganas, se da vuelta y se duerme. Me fui al baño, llore y me hice una paja, al menos me alivie un poco mi calentura en esa puta luna de miel. A los cuatro días me dice lávate el ojete que hoy te lo usare. Bien delicadito y cariñoso, pensé. A la noche me echo un polvo por el culo, que si bien dolía no me impidió un orgasmo que lo altero pues una mujer decente no ...
    ... debía gemir y gritar como una ramera, pensé que quiere este hijo de puta una muñeca de hule, y por la concha cuando?. Así se fue dando, resulta que según su concepto del amor la concha era solo para procrear, mientras el culo era su fuente de placer. Cada día me sentía más una esclava sexual, sobre el resto vivía una vida de princesa, era una princesa esclava. El trato se hizo más rudo un día que saco la pija sucia de mierda, me fajo de lo lindo, no sé de donde saco una vara de mimbre y me azoto el culo hasta sangrarme, luego de haberlo cogido. Por cualquier boludez que no le gustara me fajaba con la vara o con su cinto, una vez una trompada me amorotono un pómulo, pero eso se notaba, por ello luego comenzó a pegarme con una toalla mojada. Sabía que concurría seguido a un lupanar de lujo que estaba a unas 25 cuadras de casa, en realidad no me importaba, pues a esta altura ya lo odiaba. Cuando se le ocurrió por toda una semana, todas las noches me cogió por la concha, por fin la gozaba y acababa calladita pero lo hacía con gusto, luego no hubo nada mas por quince días y de nuevo su cogida semanal por el orto. Fue mi primer embarazo, hubo tres más, de allí mis hijos legales mayores, Carlos, Rubén, Graciela y Ana. En escalera cada año y medio, los parí con alegría de madre y los amamante gozándolos mientras pude, en ese periodo pensaba que ya tenía cinco, el mayor, mi coloradito divino, le lleva a ellos cinco años, cuando paria a Ana, la distancia en edades era de de mas e once ...
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