1. Un viudo joven: Tania, mi fogosa ahijada


    Fecha: 01/07/2019, Categorías: Grandes Relatos, Bisexuales Autor: Fernando X, Fuente: CuentoRelatos

    ... extrovertida y parlanchina, mientras Virginia parecía ser todo lo contrario, aunque eso sí, muy risueña. A la mañana siguiente, la hermana pequeña, salió muy temprano rumbo a la escuela, mientras mi ahijada, arreglaba el departamento, antes de partir al trabajo. En cuanto se fueron, yo me levante para arreglarme rápidamente e iniciar mis compromisos. Nos quedamos de ver por la tarde noche, en un restaurante dentro de la plaza donde estaba la tienda departamental donde como supe, ambas trabajaban. Al regresar a su departamento y después de ponernos ropas más cómodas, volvimos a retomar la plática de la noche anterior, ahí note otra gran diferencia entre las hermanas, Tania era y vestía, igual que su madre a su edad, se puso un pijama de tan solo un shorcito pequeño y una blusita, que dejaba poco a la imaginación mientras Virginia, usaba pijama completa más una sudadera, yo como siempre que viajo, me puse unos pants flojos y una playera. Platicamos de como era su vida, de su mamá, de su escuela, de su trabajo, de sus amigos. No les voy a ocultar que, al mismo tiempo, yo aprovechaba para ver y disfrutar, lo que mi ahijada dejaba a la vista e imaginar lo que la pequeña ocultaba con tanta ropa, lo que causo en diferentes momentos, que mi herramienta formara un bulto entre mis piernas, yo procuraba que esto pasara desapercibido, pero creo que ambas hermanas de una u otra forma se percataron de esto. Virginia se fue a acostar como a las 2 de la mañana, Tania y yo continuamos ...
    ... platicando, salieron a la luz temas más candentes, me platico sobre su madre y los amantes que llevo a su casa, aprovechando para cuestionarme al respecto, también hablamos sobre sus experiencias con los hombres y sobre las mías con las mujeres. En ocasiones, mi ahijada cambiaba de posición, dejando ver sin querer, un poco más de sus encantos y en algunas ocasiones dejaba asomar parte de su calzoncito color rosa, mi verga se mantenía permanentemente tiesa y ya era inútil tratar de que esto pasara desapercibido, pues Tania, no dejaba de observarme y en ocasiones, ponía alguna de sus manos en su conchita, sobándose tímidamente ante la excitación que le causaba la plática y la visión de mi entrepierna. Como a las 4 de la mañana decidimos que era momento de dormir un rato y nos retiramos a nuestras habitaciones. A las pocas horas, Virginia se levantó a bañar y se arreglaba para irse nuevamente a la escuela, Tania, se levantó más tarde, y apuradamente entro a la habitación a preparar su ropa para después meterse a bañar rápidamente. Yo fingía seguir dormido, cuando Tania entro a su cuarto cubierta tan solo por una toalla, que tapaba escasamente su busto y parte de sus ricas nalgas. Tal vez creyó que su padrino e invitado todavía dormía, pues decidió vestirse ahí mismo, dejando caer la toalla procedió a vestirse, dejándome disfrutar de todo ese espectáculo, se puso un juego de tanguita y brassiere con encaje, con el que se paseó por toda la habitación mientras se pintaba y se peinaba, yo ...
«1234...»