1. Mi esposa y el hombre alquilado


    Fecha: 07/07/2019, Categorías: Confesiones Sexo con Maduras Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... los sitios no se hacían esperar. Eran decenas cada día. Entre los planes estaba el clásico de ligar en un bar o en un lugar público, pero eso no nos garantizaba que se tratara de un buen tamaño. Luego nos preocupó que fuera en nuestra misma ciudad por aquello de nuestra reputación y llegamos a otra determinación: sería fuera, lejos, donde el riesgo de que conocidos lo supieran o que nos rastrearan fuera inexistente. Yo sabía que Fernanda prefería a un hombre joven y fogoso, como cualquier cuarentona que le den a escoger. En lo personal, me encantaría que fuera un negro sin importar la edad, pero un buen negro era más difícil de encontrar en México, pensaba yo. Cuando hacíamos el amor, me encantaba besar y lamer su culo, acariciar todo su contorno, pensando en que pronto, quizá, algún otro hombre disfrutaría esos mismos encantos. Una tarde lo decidimos. Un día nos contestó un buen prospecto en la Ciudad de México y lo contactamos. Decía cumplir todas las fantasías. En su descripción decía ser un joven cubano-jamaiquino, de 30 años que le encantaban las maduras y contar con una verga “bastante grande” y lo mejor: negro. Fernanda se rio. “¡Guau! ¡Le llevo 14 años!”. Le pedimos fotografías y nos las mandó por correo electrónico a una dirección que creamos para tal propósito. Si en efecto era el tal Andy que decía ser, se veía bien, bastante bien: algo alto, algo delgado, y… negro de raza. A mi esposa le encantó su descripción de “bastante grande”, aun teniendo tendencias ...
    ... racistas. En una de las fotos claramente se apreciaba que su verga le llegaba casi a medio muslo. Le salía por el calzoncillo, sin mostrarla toda, posando provocativamente. Aprovechando la proximidad de nuestro aniversario de bodas, iríamos a pasar unos días en la bella Ciudad de México y llevar a cabo nuestra fantasía. Seguimos en contacto con Andy y acordamos fecha de llegada y como contactarlo, así como sus honorarios, sobre los cuales nunca llegamos a un acuerdo. Nos hacía entender que eso lo veríamos en su momento. No teníamos la manera de verificar la autenticidad del personaje, vaya, ni siquiera que existiera, aun así, tomamos el vuelo en la fecha acordada. Una luna de miel nos vendría bien de todas formas. Entre los múltiples detalles, le pedimos a Andy que nos encontrara en el aeropuerto de México, ofreciéndonos a cubrir sus gastos de traslado y desde luego, llevarlo de regreso. Él siempre nos aseguró que así sería. Le mandé fotografías de una pareja que supuestamente éramos nosotros, lo más parecidos, pero en realidad no lo éramos. Por ningún motivo mandaríamos nuestras fotos reales. Tomamos un vuelo a Hermosillo (vivimos de Monterrey) y de ahí a la Ciudad de México, para hacerle creer que éramos originarios de la primera ciudad. Le pasamos todos los detalles del vuelo. Cuando llegamos al aeropuerto, nos encontramos con el tradicional tumulto de gente. Nuestro vuelo iba atestado más la cantidad de gente esperando hacía de aquello un mundo de humanidad de todos colores. Al ...
«1234...13»