1. Un pervertido cuento de navidad (2 de 2)


    Fecha: 10/07/2019, Categorías: Gays Dominación Autor: thescreamline, Fuente: CuentoRelatos

    ... di un beso en los labios. - Es la cama donde te hace el amor tu marido. Es su lugar. Bajé mis manos hacia sus nalgas y las acaricié con firmeza. El truco estaba en ocasionarle tanto placer que le impida pensar, pese a que entendía los conceptos. Quería que Nicolás, un personaje tácito para mí, estuviera bien presente para él. - ¿Crees que deberíamos hacerlo en otro lado? - me preguntó. - A mí me encanta la idea de lo que le estamos haciendo - respondí. - Nada me excita más que el hecho de hacerte mío en el lugar donde él lo hace. Poseer esa cola, que él cree suya, en su propia cama, me calienta mucho. Me dio un beso apasionado. Mis palabras surtieron efectos. Mi calentura era la suya. Mi deseo era el suyo. - Dios, eres muy excitante describiendo cosas - me dijo Dorian, apartándome del recuerdo. Lo miré y descubrí que estaba erecto también. - Deberías dedicarte a escribir - me halagó. No respondí nada. - Javier estaba entregado - continué, como si no hubiera existido la interrupción. - Deseoso de contaminar aquel lugar conmigo. Así que lo tiré en la cama, con su cola apuntando al techo, lo que era esencial para el último truco que tenía preparado. - ¿Por qué era esencial que estuviera así? - preguntó Dorian. - Tú deberías saberlo - le reproché. - Ahí es donde lo mental adquiere el matiz real de lo físico. Yo, encima de él, gobernándolo por completo. No me costó mucho que mi verga entre en el cuerpo de Javier. Tenía una cola que se dilataba con mucha facilidad, así que tras ...
    ... unos breves movimientos, de repente me vi envuelto en la pasión de su cuerpo. De hecho, entraba con tanta facilidad que casi ni sentía la fricción. Javier se retorció del placer al sentirme dentro y yo comencé mi movimiento pausado, entendiendo que en aquel juego había que alargar todo. - ¿Te gusta, bebé? - le pregunté al oído. - Me encanta, Noah, me encanta - me susurró, lleno de lujuria. - Me encanta lo que me haces. - Veo que te gusta - comenté. - Me encanta hacértelo aquí, ¿sabes? Me llena de morbo. - A mí también - reconoció. - Me encanta hacerle esto a Nico. Bingo. Era el gran momento. Detuve al mínimo mi mete y saca, al punto de hacerlo apenas perceptible para ambos. - ¿Quieres redoblar la apuesta? - le pregunté. - ¿Qué quieres decir? - Si quieres hacerle algo que nos va a volver locos a ambos - insistí. - ¿Qué cosa? - preguntó. - Quiero que lo llames - le dije. - Ahora, mientras te la estoy metiendo. Quiero que lo llames y le digas que lo amas. Aumenté, tras terminar de hablar, mis movimientos pélvicos. Volvía a darle una orden y volvía a estimular su zona erógena para que perdiera el juicio. Funcionó. Sin que dijera palabra, comenzó a buscar su celular. - Tú no hablarás, ¿no? - preguntó. - Te prometo que no diré nada - afirmé. - Sólo quiero que le digas que lo amas mientras te estoy penetrando. Javier no respondió. Buscó a Nicolás entre sus contactos y apretó el botón para llamarlo. Luego, se llevó el celular a la oreja. - En altavoz - le ordené. Obedeció. Dejó el ...
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