1. El hombre de la casa


    Fecha: 11/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... él decir. El sólo insistía en que cuidase a mis hermanas y atendiese a mi madre en todo como él lo hubiese hecho, y que bajo ningún concepto quería que un hombre de fuera viniese a ocupar su lugar. Luego, después de que él se fuese para siempre, supe , pues mi madre me lo contó, que también había hablado con mi madre de esto mismo y que mi madre estaba totalmente de acuerdo con él. Yo quería mucho a mi padre y sentí su muerte con gran dolor. Inmediatamente tuve que asumir el papel de hombre de la casa, en aquel momento sólo en lo referente a la gestión de nuestras tierras, lo cual compaginaba con mis estudios, gracias a que teníamos un gran capataz que me sirvió de gran ayuda. Como ya he dicho antes, mi madre cinco meses después dio a luz a mi hermana pequeña. El parto fue complicado y le tuvieron que hacer un legrado muy agresivo de resultas del cual el médico informó a mi madre que no podría volver a tener hijos. Ya he dicho también que mi madre tienes una tetas generosas, de modo que producía más leche de la que mi pequeña hermana podía mamar y por ello se quejaba de que cuando mi hermana dejaba de succionarle porque estaba ya saciada ella sentía que aún tenía las mamas llenas de leche. Ya le había pasado lo mismo con otra hermana mía, la que había nacido cuatro años después que yo, y entonces se aliviaba dejando que yo también mamase y le descargase de toda la leche que tenía retenida. Por eso, un día que tenía un gran dolor en sus mamas me dijo si me acordaba de cómo le ...
    ... aliviaba yo cuando era pequeño y le pasó lo mismo. Le dije mamá claro que me acuerdo, que rica sabía. Pues ahora vas a tener que aliviar mis mamas otora vez , pues las tengo muy ingurgitadas y me duelen. Lo mejor será que vayamos a la cama y allí tendremos la mejor posición para que me succiones. Allí nos echamos largos los dos. Como era finales del verano aún hacía algo de calor, aunque no mucho, llevábamos poca ropa los dos; yo una camiseta y un pantalón corto de pijama sin nada debajo. Empecé a succionar una de sus mamas y rápidamente mi madre empezó a dar jadeos de alivio y a decirme hijo , gracias, gracias que bien lo estás haciendo, sigue así, muy bien hijo. Mientras yo succionaba sus pezones, le agarraba con mis manos la teta de la cual mamaba. ¡Qué rica estaba la leche, qué ricas estaban las tetas de mi madre! Y pasó lo lógico, que mi pene empezó a crecer y crecer y pronto tuvo una gran erección, de forma que el capullo empezó a presionar sobre la zona del bajo vientre de mi madre que quedaba a la altura de mi polla erecta. Mi madre se dio cuenta y me dijo: veo Carlos que tú también necesitas aliviar tus cojones que sin duda están también llenos de rica leche. Es justo que si tú me alivias a mí, yo te alivie a ti. Entonces me explicó las conversaciones que ella había tenido con mi padre y en las cuales ambos habían decidido que lo mejor para todos era que cuando ella tuviese necesidad de un hombre ella recurrirá a mí en lugar de ir por ahí en busca de algún pendejo. ...