1. Patricia sigue (V)


    Fecha: 11/11/2017, Categorías: Incesto Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos

    ... opté por levantarme e irme a mi cuarto, pero al estar a mitad de camino decidí volver y continuar disfrutando de semejante morcilla y digo morcilla y no chorizo porque el grosor de su verga la hace más parecida a una morcilla que a un chorizo. Volví y no pude contenerme por lo que comencé a chupársela. Su verga al sentir mi boca rodeándola comenzó a parársele nuevamente, con lo cual su grosor nuevamente me obligó a sacarla de mi boca y recorrerla por su periferia. Mi lengua recorría su mástil grande y duro mientras él, insensible a lo que hacía, disfrutaba del sueño que el vino le producía. No sé si era porque lo sabía dormido, y que por lo tanto estaba a mi entera disposición, o porque era mi padre pero yo destilaba litros y litros de flujo. Mi concha estaba tan mojada que parecía que me hubiese orinado por lo que necesitaba urgente una verga en ella y como la que tenía más cerca era la de mi padre, sobre ella volví a sentarme. Esta vez, tal vez porque hacía poco la había tenido adentro, tal vez porque mi concha estaba empapada, entró sin hacerme doler y la disfrute mucho más tiempo. Después de mi tercer orgasmo, aunque él no llegó, no me importó y me acurruque a su lado y me dormí. Al día siguiente, domingo, me despierta su grito. Al abrir mis ojos, lo veo agarrándose la cabeza mientras grita ¡No, no puede ser! ¡Otra vez lo mismo! Compadeciéndome de su estado, lo abrace y empezamos el siguiente dialogo: —Tranquilo, Tranquilo - le dije mientras acariciaba su cabeza. ...
    ... —Tranquilo las pelotas, ¿No vez lo que ha pasado? Otra vez hemos mantenido relaciones —Si lo sé y también sé que no ha sido forzado, bueno… no por ti. —¿Qué quieres decir? —Que si hemos mantenido relaciones, no fue porque me forzaste. —¿Me forzaste vos? —No, yo no podría forzarte, eres mucho más fuerte que yo y además te abrías dado cuenta, lo recordarías. —¿Y entonces? ¿Cómo es que estamos desnudos en la misma cama? —Es largo de explicar. Mirá, anda a bañarte que yo mientras preparo el desayuno y mientras lo tomamos te cuento. —¡No! Explícame ahora porque esto es una barbaridad. —Barbaridad es que te lo explique estando los dos desnudos y hambrientos. Bueno yo por lo menos ¿Vos no tenés hambre? —Sí, tengo mucha hambre. Ayer no comí nada en todo el día pensando en que me desperté con la pija en tu boca. —No comiste nada pero tomaste un montón. — Fue para sacarme de la cabeza esa imagen. —Bueno, anda a bañarte que yo preparo el desayuno y después te cuento. Se levantó de la cama y cubriéndose con la almohada se fue al baño. Ya también me levante, y poniéndome solamente una remera fui a la cocina a preparar el desayuno. Preparé la mesa y exprimí unas naranjas, coloque la leche y el café en las tazas y las llevé a la mesa; solo faltaba ponerle el agua que ya se estaba calentando, pero que se la pondría cuando él llegase, para que no se enfríe. No hice más que sentarme a la mesa que él llego, tenía puesta ropa de gimnasia y se alegró cuando me vio sentada y con la remera colocada, aunque ...
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