Papá y mis hermanas el mejor porno en vivo y en directo - Relatos Eróticos

Papá y mis hermanas el mejor porno en vivo y en directo

... la primera entrada y así Isabel la menor de mis hermanos no pudiera verme. Paso de largo sin detenerse ignorante de que adentro su hermana estaba con 20 centímetros en sus entrañas. 
Se paró en seco de espaldas a donde yo estaba. Inmóvil y de seguro sorprendida hasta dejarla sin habla. Los ruidos de una cama chocando en el piso y las gargantas gimiendo habían cesado. Por un instante creí que mi respiración iba a delatarme, despacio me coloque de tal forma que mi cuerpo no hiciera contacto con nada, incluso cuide que mi verga colgando no fuera a tocar algo que pudiera hacer ruido alguno. El tiempo pareció haberse detenido. 
Pudieron haber sido milésimas de segundo o quizá minutos. Lo cierto es que escuche a papá decirle a Isabel que estaban jugando (Imagino que trataba de explicar porque  tenía a Lily hasta el tronco). ¿Quieres jugar amor? – dijo con aquella voz cariñosa y fraternal que no pudo resistir la menor de sus hijas. 
La vi entrar hasta quedar a unos pasos donde yo sabía estaba la cama. No alcance a entender, pero creo que fue papá quién le dijo que se quitará su ropa. Desde mi escondite, pude observar como aquel vestidito de niña de una pieza salió por encima de la cabeza de mi hermanita dejando ver sus calzoncitos celestes y su culito apenas en formación. Un segundo movimiento hizo que desapareciera de mi vista, de seguro había subido al escenario donde el actor principal era el sexo. Muy despacio me moví hasta ocupar el lugar donde me encontraba antes. Ahí ...

... estaban, los tres en aquella cama que quizás sin saberlo había sido predestinada para ser testigo de nuestros secretos de amor familiar. Lily seguía ensartada en la verga de papá, Isabel a su lado de espaldas y con las piernitas abiertas mientras una mano hurgaba bajo su calzoncito. Un dedo índice había empezado a moverse sobre el clítoris haciendo que aquella niña de apenas 11 se moviera nerviosa hasta hacerla girar su cabecita en dirección a quien le hacía aquellas caricias en su chocho. El rostro de mi padre, sus ojos brillaban de una manera especial. Mescla sadismo y placer. Desde mi escondite podía ver que disfrutaba tener a aquellas dos hembritas solo para él. Lily tirada sobre el pecho no perdía de detalle de cómo nuestro padre era capaz de darle placer a ella y aquella nueva vaginita al mismo tiempo, una sonrisa de complicidad y lujuria se dibujaba en su rostro mientras nuestra hermana menor se contorsionaba con aquel intruso dedo entre los labios vaginales, sobre el clítoris. Porque nuestro Papi era conocedor de donde provocar placer aunque tuviera que darlos a dos mujercitas al mismo tiempo, aunque esas dos mujercitas fueran sus propias hijas. 
Isabel aunque solo tenía 11 no era la primera vez que alguien tocaba su virginal chochito, yo mismo había acabado algunas veces en su rajita mientras ella misma abría su intimidad quizás deseando que la penetrara tal como veía que lo hacía con sus hermanas. Destino o coincidencia, al igual que hoy Isabel había tenido la ...