1. El sueño con cenicienta


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Tus Relatos Autor: williammarshall, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    UN SUEÑO CON CENICIENTA
    
    Buenas noches cenicienta. Hasta mañana y que descanses.
    Me despedí de ella como casi cada noche desde hacía algunos meses, desde que en verano contacté con su Nick Paula50 en un conocido chat de internet. Recuerdo que al principio rechazó mantener el contacto al ser casado y ella soltera. No es que no la entendiera, es que a veces cuando alguien te atrae, retirarte a las primeras de cambio no es una opción para quien cree encontrar alguien interesante que vaya más allá de lo que su propia vida en común no ha conseguido llenar. Comencé a llamarla cenicienta cuando me anunció que a medianoche se marcharía a dormir tras cada charla, sin otra pretendida analogía que aquel célebre episodio infantil del cuento de Perrault. Durante unos días dudó, pero al cabo de algunas semanas fuimos prolongando el contacto con un feeling extraño cuajado en momentos divertidos, algún malentendido y cierta complicidad al entrar en una incipiente intimidad común. La historia que a continuación narro fue un sueño tal como sucedió, con la debida adaptación a un relato de esta índole pero sin modificar en lo esencial lo que mi subconsciente me regaló aquella noche d invierno.
    Quedé dormido a los pocos minutos, vencido por la madrugada, el trabajo diario en las aulas, y el cúmulo de horas al frente la rutina. 
    Las imágenes comenzaron a llenar mi sueño….Un patio…varios chicos jugando…la sombra como celosía cimbreante de un árbol enorme….. y un gesto con un brazo de ella. ...
    ... Era mi cenicienta, que desde una esquina de mi cerebro en vigilia me ofrecía algo similar a un refresco como los que sirven en los multicines. Lo siguiente que recuerdo es un paseo entre edificios semiabandonados de un recuerdo de postguerra mundial polaca, ó de barrio en declive de Detroit. Paseo pausado, charla con risas, algún empujón de broma y más risas, una incitación al contacto, a respirar aquel leve perfume que su cuello desvelaba, aquella ligera apertura que el botón de su blusa mostraba con el perfil de un sujetador ahuecado, aquel vuelo de la falda por encima de la rodilla que en gestos bruscos subía a medio muslo, aquel vaivén de su brazo libre que sin querer (o no), contactaba con mi paquete aún cerrado en un pantalón gris de lino ligero. 
    -Cenicienta, si vuelves a poner tu mano en mi paquete, tendré que masajearte el culo.
    -Ni lo sueñes, chico. Mi culo no lo azotas tú por mucho que te las des de machito dominante en nuestras charlas. Antes te llevas una hostia con refresco por la cabeza incluido.
    -Ya, avisada quedas….
    Su risa rompió de nuevo el silencio de aquella tarde onírica de verano cuando fue ella la que palmeó mi culo con calculada fuerza sonora. La acompañé en sus risas sin apenas mirarla, paseando inicialmente como si nada hubiera ocurrido mientras ella seguía riendo divertida sin duda expectante de una respuesta a la provocación. La ralentización de su risa revelaba cierta frustración por no haber reacción de, al menos, la misma intensidad que la ...
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