1. Mis machos del campo (sexta parte)


    Fecha: 16/11/2017, Categorías: Confesiones Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos

    ... pensaba hacer conmigo. Te quedas acá y me haces el trabajo de oficina, los muchachos están diestros en todo lo demás del campo y yo quiero tenerte cerca. De la alegría y calentura le dije que siempre seria su perra y su puta, me arroje sobre el refregándole los pezones en la cara bajando luego a su pecho y pija, que empecé a mamar desesperada de calentura, note su placer cuando le pasaba la lengua desde el culo hasta los huevos, me concentre en eso y me atreví a meterle un dedo y luego dos, el gemía y me decía puta, perra y todo tipo de cochinadas, estuve largo rato cogiéndole el culo y chupándole la pija, hasta que el me dio vuelta y me cogió desenfrenado de calentura. Salvo Luis, nunca había estado con un macho de mi edad, era distinto a mis chicos, seria por su experiencia o tal vez más química. Ya más relajados conversamos un rato y nos dormimos acurrucados. Desperté antes que él y lo miraba fascinada, no podía creer que estar donde estaba con un hombre así, nunca en mis fantasías más locas podría haber imaginado todo lo que paso en estos meses. Suavemente baje hasta su pija empecé a chuparla suavemente notando como se ponía dura en mi boca, el gemía suavemente mientras iba despertando. Había poca luz en la habitación, pero suficiente para mirarnos a los ojos, quería ver su cara al acabar, sentí el chorro de leche tibia en mi boca, trague hasta la última gota y fui subiendo despacito lamiendo las gotas que quedaban en su vientre. Su cara somnolienta de placer me lleno de ...
    ... ternura, quería hacer gozar a ese hombre, quería ser suya y someterme a todo lo que le pidiera, de ahora en más seria su puta, su perra su hembra mientras él quisiera. Nos duchamos juntos desayunamos y emprendimos viaje al pueblo. Al llegar era media mañana, yo quería hacer algún trámite en el registro civil como para justificar mi viaje ante Luis, así que con mi documente inicie cambio de domicilio, di como dirección el campo, ya tenía un papel oficial para mostrarle. Carlos me pidió por mensaje que me entretenga mirando vidrieras cerca de la plaza, el terminaría algunas cosas y me encontraría para llevarme de vuelta al campo. Era mejor no quedarnos los dos días que supuestamente había dicho que demoraría en volver. Así hicimos, por el camino fuimos conversando y riendo, me pidió que fuera con mis tetas descubiertas, el manejaba con una mano y con la otra jugaba con mis pezones. Me causo gracia la manera en que me dijo que tenía obsesión por mis tetas. Le dije que de ahora en más seria mi lactante, todo el viaje fue risa y manoseos, no hay tráfico en esos caminos, solo cruzamos un par de cuatriciclos y un gaucho a caballo que iba vaya a saber dónde, pero era de día y no quiso parar a coger, por temor a que algún vecino o conocido pueda pasar y vernos, de modo que me arroje sobre su falda, baje el cierre de su pantalón y fui varios kilómetros chupándole la pija hasta que acabo en mi boca. La confianza que me inspiraba me había hecho perder todo el pudor que tuve en mi vida de ...