1. Mis machos del campo (sexta parte)


    Fecha: 16/11/2017, Categorías: Confesiones Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos

    ... chica –mujer de ciudad. Entrando al campo encontramos a Luis y los muchachos arreglando unos alambrados, los chicos quedaron ahí y Luis subió con nosotros a la camioneta. Al llegar al casco Don Carlos fue hasta la oficina y Luis y yo a nuestra casa, Allí le dije que don Carlos me había hablado respecto a su decisión de marcharse del campo, al principio se sorprendió, pero le dije que don Carlos me lo comentó pensando que yo sabía, Luis se puso mal y casi sollozando me dijo que quería irse, que me quería pero que respetaría mi decisión de quedarme si esa era mi voluntad, lo abracé con cariño, lo quería como a un amigo, casi como al hermano que no tuve, pero como hombre me resultaba indiferente, tal vez el tedio o los 20 años de rutina y aburrimiento de nuestra convivencia me habían cansado de su compañía. Le dije que lo entendía, pero que yo prefería quedarme, que la paz y tranquilidad del campo me hacían muy bien. Claro, no podía decirle que lo que más me importaba era que allí había conocido lo que es ser una verdadera mujer, una verdadera hembra. Fuimos con dos de los chicos a despedirlo al micro, allí ...
    ... también estaba don Carlos, sentí una pena de mezcla y alegría cuando se marchó prometiendo que cada tanto volvería a visitarnos. Camino de regreso con los chicos quisieron agarrarme, les pedí que me entiendan que mi ánimo estaba ambivalente, en un par de días volvería todo a ser como antes, su hembra estaría disponible y libre para lo que gusten, pero que me den tiempo. A la mañana siguiente después de hacer las tareas fui al escritorio a pasar a la Pc las novedades del día que Ricardo me había arrimado en el cuaderno de campo. No pude evitar repasar el diario que llevaba con lujo de detalles de todas las experiencias y sensaciones que había vivido en esos meses en el campo y que almacenaba minuciosamente en el pen drive que conservaba de mi antiguo negocio. Leía y releía entre culpable y feliz. Que me había pasado en ese tiempo? Cuál era la real Isabel, la señora educada y correcta de la ciudad o la perra en celo en la que me había transformado? No encontraba respuesta, solo sabía que de ahora en más era libre para disfrutar de mis tres machos jóvenes y del macho mayor que era de verdad el hombre que siempre soñé. 
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