1. Con Ale,mi psicóloga


    Fecha: 24/05/2019, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: cazador1960, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    La primera vez que fui a una psicóloga, fue por cuestiones relacionadas con mi trabajo, sobre todo el maltrato de mis jefes. La segunda vez fui a otra más joven, era hermosa, ya tenía problemas con mi pareja, con ella me sentía muy cómodo, aparte de que me encantaba… una vez se arrimó, le di un beso, se enojó, a la sesión siguiente me dijo que no me atendería más, que yo estaba loco, si no sabía que una profesional no se puede involucrar con su paciente y mil sermones más…
    A partir de ahí es como que me dio más ganas, morbo, llamale como quieras, así que me propuse buscarme otra psicóloga joven, y en la medida de lo posible, seducirla y cogerla. Así de corta.
    La nueva se llamaba Alejandra, tendría unos 30 años, estaba respetablemente buena, me mataba su flequillito y sus lentes de intelectual. Usaba polleras normales, no era que andaba de mini en el consultorio, pero me daba morbo. Lo mío con mi pareja seguía mal, yo me hice un poco la víctima, andaba dando lástima por la vida, le conté que con todo lo bueno que era yo no me merecía esa mujer, ni mucho menos tener que sufrir tanto para poder ver a mi hijo. Ahí le toqué la parte maternal a la mina, y noté que eso la conmovía mucho. Hubo dos meses de confesiones de mi parte, a veces con anécdotas que hicieron que ella se emocionara mucho, pasé de estar sentado al otro lado del escritorio, al diván, donde ella se ponía a mis espaldas, me escuchaba mucho, anotaba todo en un cuaderno, y yo me hacía todos los ratones.
    Ya ...
    ... cuando estábamos en el tercer mes, una tarde se vino de mini. Tirarme en el diván, ver sus rodillas a unos centímetros de mi mano izquierda, mientras le contaba que mi ex era muy perversa porque me maltrataba pero a la noche quería sexo, fue todo un combo que hizo que yo me excitara muchísimo. Me interrogaba sobre cómo eran mis relaciones sexuales, si yo gozaba, si ella también gozaba, me pareció que era mucha la curiosidad que le había dado por esa cuestión. Se hizo la hora, y me fui re-alzado.
    A la próxima, no sé si era mi imaginación o era verdad, el caso es que tenía una camisita entreabierta, se le asomaban los hermosos pechos, un perfume que me mataba, y las piernas cruzadas que hacían que yo me imagine todos los paraísos debajo de su mini. Comenzó preguntando por las relaciones sexuales, pedía detalles, y yo comencé a excitarme, tratando de que lo mismo se haga ostensible, o sea que en lugar de taparme, dejé que se viera como se me paraba la pija. A los 20 minutos ella miró el reloj, habrá hecho la misma cuenta que yo, el caso es que fue hasta el escritorio y cuando volvía a sentarse, sin ningún tipo de dramas me puso la mano sobre la pija.
    -Sacáte la camisa --me dijo mientras me paraba. Hice lo que me pidió y me acosté sobre el diván; ella me montó en las caderas y colocó los muslos a los costados de mis lados desnudos. Luego puso las manos sobre mis hombros y comenzó a sobarme los músculos tensos.
    --Relajate --me decía continuamente.
    Me quería reír. Cómo haría para ...
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