1. Soy nueva en el vecindario y he hecho buenos amigos


    Fecha: 19/11/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... calzoncillos y me dispuse a masturbarle. Me pidió que se la chupara, pero yo en principio me negué. Le dije que la próxima vez y no le pareció mal. Así que empecé a meneársela. Con un poco de saliva, empezó a deslizarse mejor. Empezó a gemir como un loco y Antonia se animaba. Cuando vi que podía correrse, paré y le dije que ahora le tocaba a él. Me bajó las bragas despacio y me acarició los labios, el clítoris, todo. Como estaba muy excitada por lo de antes, me corrí en el momento. -Uggghhh, aaaaahh. Cerré los ojos al irme. Cuando me recuperé, me encontré tumbada en la cama. José estaba encima mío dispuesto a penetrarme. Su polla erecta apuntaba a mi cara. Me pidió que le ayudara a ponerse un preservativo y yo lo hice. Lo abrí, lo puse sobre su glande, y lo desenrollé hasta su base. Me abrí de piernas y me dispuse a recibir su polla dentro de mí. El cogió su miembro para guiarlo hasta la entrada de mi vagina y me la ensartó. -Ahora ve despacio, le dije, o te correrás en seguida. -De acuerdo. Comenzó con el movimiento de vaivén y era como hacerlo con un adolescente. No se le daba muy bien. Debía haber perdido práctica. Entraba y salía rápido, a mí no me daba apenas placer. Le dije que parara un momento. Me coloqué con las piernas apretándole y le indiqué como seguir. -Tienes que metérmela hasta el fondo, paras, la sacas y la vuelves a meter siguiendo un ritmo constante. Cuando lo hagas bien, te seguiré indicando como seguir. Se puso a ello y comenzó a bombearme. Al poco cogió ...
    ... un ritmo constante como le había pedido. -Uf, uf, uf, gemía. La cama temblaba con sus embestidas, que cada vez se iban volviendo más fuertes. Yo ya estaba disfrutando. -Ah, ah, ah, José. Me gusta, me gusta, me gustaaaa. Antonia nos miraba embelesada mientras su marido me follaba. La situación era muy extraña, pero a la vez muy morbosa. Como veía otra vez, que iba a correrse, le pedí parar. Paró y estaba congestionado. Estaba rojo y exhausto. Ahora sería yo la que le montase. Así él podría recuperar la respiración y yo terminar bien a gusto. Me coloqué sobre él y Antonia se acercó a darle un beso a su marido, y a mi me dio las gracias por todo. Apoyé mis manos sobre su pecho y comencé a moverme. Subía y bajaba despacio. Cogí su mano derecha y la puse sobre mi pecho izquierdo. Le invité a acariciar mi pezón. Él se moría de gusto mientras me lo follaba. Agarró luego todo mi pecho. Yo estaba al borde del orgasmo. Al poco rato él se corrió con un gemido y cerrando los ojos. Pero yo todavía no había llegado y se lo dije. No pareció importarle, porque se incorporó, me cogió ambos pechos con sus manos temblorosas y siguió bombeándome, hasta que finalmente yo también me corrí. -¡Aaaaaahhh! Di un grito enorme. Debieron oírnos en todo el bloque. Cuando nos recuperamos, me salí de José, le quité el preservativo y con un papel que me había dado Antonia, limpié el semen que quedaba en su pene. Me dieron las gracias los dos y me invitaron a tomar una ducha en su casa. Así lo hice y cuando ...