1. Cruza en Celo


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Sombra, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... Para nuestra mala fortuna, cerramos la puerta del jardín, no teniendo llave con nosotros para abrirla y sin nadie cerca, nos quedamos atrapados con los perros y las plantas.
    
    
    
    Para colmo de males, al atrapar a Paula, con mi brazo había presionado el bajo vientre de ella, por lo que sus ganas de orinar se volvieron de carácter urgente inmediato.
    
    
    
    En el almacén no había baño, y nadie volvería en un buen rato. Traté de abrir la puerta como pude, pero no se podía. Ella ya no podía estar, trataba de retener el líquido, pero se notaba que no podía más.
    
    
    
    -Paula, es mejor que ya no te aguantes, te va a hacer daño.
    
    -¡Cómo eres, a poco crees que me voy a hacer encima!
    
    -Claro que no, pero por un lado estamos rodeados de plantas y no se notará. Yo me voy al almacén y tú haz lo que necesites.
    
    -No puedo, de seguro me vas a espiar.
    
    -Por supuesto que no, pero no veo otra salida.
    
    -Voltéate, si no te veo creeré que me espías y no podré hacer.
    
    -De acuerdo.
    
    
    
    Me giré y al parecer ella ya se preparaba.
    
    
    
    -¡No voltees!
    
    
    
    Le iba a contestar que "no", cuando la escuché quejarse. Voltee a ver si no se había caído o la había mordido Apolo, pero al verla de frente, me percaté que no había alcanzado a quitarse las bragas a tiempo, ella se lamentaba por la vergüenza de hacerse encima de la ropa interior y por el bochorno de verse descubierta por su primo.
    
    
    
    Rompió en llanto, me acerqué y traté de calmarla, sin embargo era el momento de las culpas. ...
    ... Nadie se salvó, ni los de la basura que pasaron más temprano de lo usual.
    
    
    
    El pasto, sus sandalias de tiras, sus pies, sus bragas y parte de su falda, así como la parte interior de sus muslos se encontraban salpicados de su orina.
    
    
    
    No faltaron Rizos y Apolo en acercarse a oler, parecía que ella se encontraba ovulando o estaba por, ya que mi perro hizo amago de quererla montar, ya que se le colgó de la pierna.
    
    
    
    Por mi parte los lleve con más trabajos al almacén y los encerré. Regresé por ella y la acerqué a la llave del agua, eché bajo el chorro las sandalias y limpie con mis manos sus pies. Me quité la playera y le pedí que se quitara la falda y las bragas, en tanto que la tapaba con mi prenda tura para abajo.
    
    
    
    Vi caer las prendas y le dí la mía para que se la pusiera como quisiera, en tanto yo llevaba todo bajo el agua para adecentarlos. Volví con ella y se había puesto mi playera como si fuera un camisón, le tapaba apenas lo suficiente para ocultar su cuquita de mi indiscreta mirada, más no así la totalidad de sus pelos, que me hacían divagar en obscenidades que nunca creí pensar de ella.
    
    
    
    Por más que quisiera, no quería lavarse delante de mí, sin embargo el olor pronto se hizo muy pesado sobre todo por el intenso calor del verano. Hasta ese momento no reparé en que ella se encontraba un poco rara y es que olvidé que a las mujeres les afecta más el alcohol y más si ella no estaba acostumbrada a beber regularmente. Era hija de familia y pocas ...