1. Adicto al semen II: nuevos placeres


    Fecha: 09/11/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Ragde231, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... detendría ¡quería experimentar más!
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    ¡Así comencé a masturbarme casi a diario solo para tomarme mi lechita, no siempre jugaba con mi culito, pero si era algo que me encantaba hacer también! Acepte con el tiempo que realmente lo mío no eran las mujeres, por el contrario, mi gusto era por el cuerpo masculino y que disfrutaba tanto del placer anal como a través de mi pene, aunque aún no había tenido contacto con otro hombre estaba seguro de eso.
    Comencé a experimentar con todo, me masturbaba con la derecha, con la izquierda, lo hacía con guantes, con agua, solo rozándolo contra mi almohada, metiéndolo entre los pliegues del colchón, en diferentes partes de la casa con la adrenalina de ser descubierto, incluso llegué a hacer en los baños del colegio y la biblioteca. En cuanto a mi culito, ya lograba meter hasta tres dedos, usaba el mango de cepillos incluso llegue a meter el embace de un desodorante pequeño, realmente disfrutaba todo esto que había aprendido en todo ese tiempo, porque ya con 18 años había experimentado bastantes cosas con mi cuerpo ya que contaba con la privacidad para hacerlo puesto que la habitación ya era solo mía, Diego se había ido a la universidad y ya no vivía con nosotros hace ya 3 años.
    Sin embargo aunque en la privacidad de mi cuarto podía ser el más sucio e intrépido amante no me atrevía a buscar contactos con otro chico, era muy inseguro realmente; aunque la edad me había ...
    ... favorecido, ya con 18 tenía un cuerpo fribrado porque a pesar de que nunca me gusto el deporte a partir de los 15 había comenzado a hacer ejercicios a escondidas en mi cuarto, tenía unos buenos brazos que sin ser súper grandes estaban bien marcados, mi abdomen era plano con una pequeña mata de vellos que iba desde la base de mi pene hasta el ombligo, con unas sexys entradas bien marcadas (a decir verdad es una de las partes favoritas de mi cuerpo), mis piernas eran largas y torneadas, se lograba notar casi que cada muscolo en ellas puesto que era lo que más me gustaba trabajar, coronadas por unas grande nalgas redondas a puntas de sentadillas cubiertas de una mata casi invisible de pelitos que la tapizaban, que dentro escondían un culito ya bastante hurgado por mi (que suelo mantener siempre depilado junto con mis bolas, solo dejaba una pequeña mata de pelos sobre la base de mi pene en el pubis) en general no tenías tanto vellos, en la cara no me salía y en la axilas si me salían abundantes pero los podaba un poco  solo dejando lo suficiente porque me daba morbo llevarlos asi, mi piel tan bronceada como siempre había sido, y mi cabello con mis rizos negros rebeldes que uso más o menos largos que hacían resaltar mis ojos café. Aunque solían decirme que era bastante atractivo mis inseguridades me dominaban y me hacían ser bastante retraído haciendo que nunca intentara relacionarme física ni emocionalmente con nadie. Así se pasaba mi juventud, machacándome el pene y destrozándome ...
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