El vendedor marroquí de artesanías - Relatos Eróticos

El vendedor marroquí de artesanías

... esperar más, el Marroquí me abrazó por la espalda, empezando a restregar sus genitales y órgano sexual por mi culo. "UFFFFF....!" resoplaba, mientras me abrazaba a él, mordisqueándome la nuca. "Me gustas mucho.... Te voy hacer el amor... Yo, Mustafa, voy entrar en tu culo... y hacerte mio ! Eres muy hermoso. Hoy, vas a estar la mujercita de Mustafa..." Me susurraba esas palabras siguiendo mordiendome la nuca. Yo estaba cada vez más caliente y excitado, y dejaba que Mustafa me fuera metiendo mano. Gemía y jadeaba con sus caricias, notando como su verga se restregaba en mi culo, calentándome cada vez más. Ya deseaba que me empezara a desnudar. Quería sentir su polla pegar piel contra piel. Así abrazado por la espalda como me tenía, el moro empezó a aflojarme el cinturón, luego siguió desabotonándome los pantalones hasta que estos cayeron a mis tobillos. Luego me giró, quedando frente a frente, y llevando su boca a mis labios. Empezó a pasar su lengua por ellos, hasta que me hizo abrir la boca, metiendo toda su lengua en ella. Jugaba con mi lengua, mientras con sus manos iba desabrochándome los botones de la camisa. Una vez tuvo desabrochada la camisa, mordiendo mis hinchados y enrojecidos labios, fué pasando sus manos por mi pecho y vientre.

Rodeaba mis pezones con sus dedos acariciandolos, a la vez que los pellizeaba haciendo que se excitaran y endurecieran más. Fue bajando sus manos mientras seguía mordiendo mis labios que cada vez estaban más hinchados, hasta que llegó ...

... a la altura de mi slip. Poco a poco fue bajándome el slip hasta los muslos. Empezó a acariciarme la polla y los huevos, haciéndome dar un ligero gemido. En ese momento, Mustafa metió otra vez su lengua en mi boca, empezando a succionar toda ella hasta dejarme casi sin respiración.

Joder ! Ya me tenía a tope de caliente y excitado. Allí estaba, medio desnudo en la caseta de un macho marroquí, a punto de ser sodomizado... Aquella tarde me iba hacer suyo, iba a ser su putita. Las manos me temblaban a causa de la excitación. Por fin haciendo sexo con un verdadero macho ! Una vez pude aflojarle el cinturón, empecé a desabrocarle el pantalón, hasta que conseguí acceder a su verga.

Dios ! Que caliente y dura la tenía ! Mientras yo sobaba su verga intentando liberarla de su encierro, el Marroquí me iba quitando la camisa, sin dejar de saborear y morder mis labios. Poco a poco fue bajando su boca por mi cuello, lamía y mordisqueaba, haciendome gemir y retorcer de gusto. "Oooohhh... Oh....." Ahora Mustafa me tenía totalmente expuesto a él. Tenía mi boca, cuello y pecho, al igual que mi pija y mis huevos. Todo a su entera disposición. Y por supuesto el Marroquí aprovechó aquella situación : empezó a succionar mi cuello, haciendo que mis gemidos aumentaran. Que hijo de puta de moro ! Que lengua y boca tenía ! Me estaba derretir de gusto. El cabrón empezó a morderme los pezones. Desnudo frente a él, no podía dejar de gemir y dar pequeños chillidos. Totalmente desnudo, frente a él, ...