1. El vendedor marroquí de artesanías


    Fecha: 13/11/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Manu, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... muy hermoso... Tu culo me gusta mucho. Yo ver que tu tambien disfrutas... Tu ser mi mujer !"   Poco a poco su polla fue saliendo de mi culo, pero Mustafa no me soltaba. Manteniéndome abrazado a él, me llevó hasta un pequeño taburete, donde se sentó. Me hizo que me sentase a horcajadas sobre sus piernas. El moro era incansable ! No paraba de comerme la boca y acariciarme el cuerpo. Yo ya tenía los labios super hinchados, y, además me dolía mucho el ano. Mi polla toda pringada y dura, no me había corrido todavia, y, el culito, a pesar de estar muy dolorido, aún palpitaba deseando que le dieren más polla. Por supuesto, el moro volvió a enchufarme aquella majestuosa y enorme verga que volvía a tener tiesa. Así, como me tenía sentado a horcajadas sobre sus muslos, me hizo levantar y pegarme a él. Cogió su polla con la mano y la colocó en la entrada de mi ano. Mientras me iba sentando, él me iba introduciendo de nuevo su miembro en mis entrañas. El cabrón me hizo suyo por la segunda vez ! Mi culito quería polla y de nuevo ardía de caliente !
    
    Ya llevábamos un buen rato follando, sudábamos por todos los poros de nuestro cuerpo. El olor a sexo y semen invadía toda la caseta. De nuevo se escuchaban nuestros jadeos y el chof chof chof de su polla ...
    ... entrando y saliendo de mi culo. Yo me movía ensertando una y otra vez el enorme mastll del Marroquí que tan feliz me estaba haciendo aquella tarde. Esta vez si que no pude aguantar más, y fui el primero en correrme. Una corriente que subía de mis huevos llegó hasta la punta de mi verga, empezando a escupir semen. "Ohoooo.... me corro ! ... me corro !", gritaba largando cinco largos trallazos de leche, embarrando todo el pecho y abdomen del moro...
    Dios ! estaba exhausto, tenía los ojos en blanco, sudaba por todas partes, mientras el cabrón de moro, sujetandome por la cintura, gruñia dandome. Seguía sin pausa con la intención de hacerme su mujercita. Pero no tardó mucho... Levantandome como si fuese un muñeco, eyaculó dentro mía. Hilos de semen corrian fuera de mi ano. "Que gusto, me corro !... me corro...." gritaba el moro, soltando todo su esperma dentro de mi culito.
    Los dos sudábamos como si estuviéramos en una sauna. El Marroquí me había sodomizado dos veces aquella tarde. Dos veces, con gusto, fuí su mujercita ! Los dos habiamos conseguido lo que queriamos. Mustafa me besó sobre los labios, sin mordisqueralos esta vez. Y me susurró : "Tu eres una chica hermosa... si quieres, te puedo hacer mi mujer otra vez... Te espero... Tienes buen culo !" 
«1234»