1. Sargento...


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... después de su baño luego de hacer ejercicio. No pude evitar quedarme mirando la prenda, absorto en mi imaginación.En esas estaba cuando repentinamente escuché su voz. Me dio un susto de muerte, por un momento pensé que me había visto observando su ropa interior y me puse a temblar, porque la puerta del baño estaba abierta también.- Ya que estás aquí, hazme un favor, sujétame los pies, que quiero hacer unas abdominales.- Sí, mi sargento.Me acerqué y me puse en cuclillas delante de él. Con mis manos sujeté fuertemente sus tobillos, mientras él comenzó a subir y bajar a un ritmo bastante rápido, intente no mirarlo, pero era difícil no hacerlo. El vello de su pecho estaba mojado de sudor, al igual que la hilera de pelos que subía desde el elástico de su pantalón de deporte por su bien marcado abdomen hasta su poblado pectoral.Sus piernas estaban cubiertas de vello humedecido también por efecto del ejercicio, desde la posición en que estaba, podía ver que el pantalón de deporte no ajustaba bien por la parte de abajo, pero estaba tan nervioso que no me atrevía a mirar por miedo a que se diera cuenta de que me estaba recreando en su cuerpo.Solo atiné a acariciarle mentalmente los muslos, al tiempo que deseaba subir con mi mano más arriba, allá donde la tela oscurecía su piel.Hubiera dado cualquier cosa por meter mis manos bajo la ropa que lo cubría, por sentir el calor de su sexo y las cosquillas de los vellos de sus huevos en mi mano.Yo sabía que antes de eso habría estado ...
    ... haciendo jogging, porque lo había visto muchas veces en la pista de atletismo con que contaba la base y que yo mismo utilizaba para mis ejercicios. Indudablemente, se mantenía en una forma física inmejorable y por demás envidiable.Una vez que terminó, se levantó y se dirigió al baño despidiéndome con un gracias.Al día siguiente me acerqué al tablón donde se anotaban las guardias de los suboficiales. Los fines de semana nos turnábamos para quedarnos en la base una vez cada uno. Así que al que le tocase trabajaba viernes, sábado y domingo, al igual que los suboficiales y los oficiales, que lo hacían también así.Comprobé que al sargento Macana le tocaba turno el siguiente fin de semana, igual que a mí.Enseguida comencé a hacerme ilusiones de que podría ver algo si me llamaba, porque no me pasó por la cabeza tener ningún contacto con él, por mucho que yo lo deseara. Yo era un muchacho de 18 años sin ninguna experiencia con hombres, salvo en mi exaltada y morbosa mente y el sargento Macana con 33 años y el cuerpo de un atleta experimentado era algo que me superaba, aunque lo deseara ardientemente. Aún así, mi mente ya estaba maquinando cómo hacer para poder recrear un poco la vista.El viernes por la noche estaba en mi habitación esperando ser llamado para alguna tarea, como mi habitación está junto a la del sargento, pegué mi oído a la pared y comprobé que estaba haciendo ejercicio pero el teléfono no sonaba, oí correr el agua de la ducha y supe que había acabado su labor y que mi ...
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