1. Sargento...


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... presencia no era requerida. Durante la cena lo había esperado, nervioso y expectante, pero no apareció y ahora había acabado sus ejercicios, se duchaba y no requería de mis servicios.Con toda la desilusión del mundo supe que había llegado el momento de acostarme y así lo hice.Me desnudé rápidamente, tirando las prendas sobre una silla con cierta displicencia, estaba tan nervioso que me había excitado de puro deseo.Mientras me quité el calzoncillo oí que se cerraba el agua de la ducha de al lado. No pude resistir la tentación de acercar de nuevo la oreja a la pared, pero nada escuchaba. Me puse el pijama y me acosté.Nada más meterme en la cama, traté de imaginarme el cuerpo del sargento Macana, mojado, brillante por el efecto del agua que resbalaba por su piel, y en mi imaginación mis manos recorrían esa tersura que adoraba y comencé a sobarme la verga por encima del pijama, estaba tan caliente por la situación que no pude remediarlo y tampoco quería. Ya que tenía una erección tremenda y que mi sueño se había esfumado, por lo menos acallaría mis deseos conmigo mismo.Me quité el pijama y sacando una mano fuera, lo dejé caer al suelo junto a la cama, abrí las piernas y me acaricié suavemente los muslos por la parte interior, hasta llegar a mis huevos, mi verga era acariciada por la sábana de arriba, moví las caderas para sentir la tela rozándome mientras con las manos cercaba mi sexo.Recordaba el cuerpo del sargento el día anterior, delante de mí, sudoroso, fuerte, terso a ...
    ... pocos centímetros, sin poder tocarlo, salvo los tobillos en mi trabajo de sujeta pies.Se veía tan duro allí ¿estaría ahora secándose mientras yo tenía que aliviar mi calentura solo en mi habitación?Cuando llevaba diez minutos rozándome y retorciéndome de placer sonó el teléfono, me dio un buen susto.- Carlos, soy el sargento Macana. No he podido cenar. ¿Sería posible que me subieras algo para comer ?- Sí, mi sargento, ahora mismo. ¿desea algo en particular?- Cualquier cosa, algo ligero y un poco de jugo.- A la orden, mi sargento.Salí de la cama de un salto y comencé a vestirme muy emocionado por la llamada, además, de no haber podido ver nada, encima tenía que bajar a la cocina a prepararle la cena. En fin, qué le íbamos a hacer, por lo menos tendría ocasión de volver a estar delante de mi sargento preferido, aunque la verdad es que ya me faltaba poco para acabar y sacarme toda la leche de mis huevos y me había llamado en el peor momento aún así me alegraba. Mientras me ponía el pantalón observé mi paquete, deseándole suerte, aunque sin demasiada esperanza.En la cocina preparé una bandeja con unos sándwiches, queso, jugo de naranja y algo de fruta. Esperaba que fuera suficiente, delante de su puerta el corazón se me aceleró un poco. Llamé.- Pasa. -Oí dentro.- ¿Da usted su permiso, mi sargento?- Pasa, pasa, Carlos. Espero que no estuvieras durmiendo ya.- No, no se preocupe, mi sargento. ¿Se lo dejo sobre la mesa?- Sí, sí. Arrima esa silla, siéntate y acompáñame. No me gusta cenar ...
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