1. Sargento...


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... solo y a estas horas en la tele no dan más que basura.¡Vaya, qué amable! y encima tendré que agradecer que le aburra la tele pensé, haciendo un interno gesto de fastidio. Lo miré un instante, preguntándome cómo era posible que de esa boca tan sexy pudiera salir un desprecio semejante, sentí cómo de repente se me puso la cara al roja.Puse la bandeja en la mesa y me senté en la silla más alejada, no sabía qué hacer ni qué decir, por mi trabajo estaba acostumbrado a tratar con los mandos, pero el sargento Macana me ponía nervioso, siempre tenía miedo de que se me notara que lo miraba con deseo.Él cenaba y hablaba conmigo, olvidado obviamente de la grosería anterior que habría dicho sin la menor intención de ofender, por mucho que a mí me pareciera el colmo del desprecio se le veía relajado y para ese momento, conmigo al menos, había abandonado ese aire tan arisco y pesado que solía tener siempre con todo el mundo.Llevaba un pantalón corto muy desgastado y una camiseta blanca de tirantes, la verdad era qué, me alegraba de que me hubiera llamado, porque se le veía muy erótico vestido con esa ropa, por encima de la camiseta asomaban los rizados pelos de su pecho, tenía un vello muy negro que resaltaba incluso sobre su morena piel, en piernas y brazos y cómo no, su pecho estaba bastante poblado. A la mitad de la cena yo ya estaba algo más sereno, aunque aprovechaba cualquier descuido suyo para poder recrearme a gusto.Sin poder evitarlo, mi cuerpo reaccionaba al estímulo, con una ...
    ... erección que traté de ocultar como pude, aunque sin demasiado éxito, en mi entrepierna se formó un bulto difícilmente disimulable que esperaba que no viera, él hablaba animadamente y a mí me parecía que no se había fijado en mi "creciente" problema.Siguió cenando y cuando acabó recogí la bandeja y pedí permiso para retirarme, él estaba con las piernas abiertas y a punto estuve de lanzarme sobre su paquete, expuesto ante mí de una manera un tanto descarada, aunque de forma involuntaria por parte del sargento, por un momento pensé que me tentaba, aunque enseguida me di cuenta de que todo era producto de mi calentura y de mi morbosa imaginación. Su boca se desplegaba en una amplia sonrisa, que a punto estuve de confundir con una invitación, rápidamente me di la vuelta con la bandeja y me dispuse a salir. El sargento me cogió del brazo y me dijo:- Cuando acabes, si no es demasiado tarde para ti ¿me subes por favor una taza de café?- Sí, mi sargento, enseguida subo.Salí como una exhalación y bajé a la cocina como alma que lleva el diablo, para subir de nuevo, estaba casi seguro de que se había dado cuenta de lo que me había pasado y por mi mirada sabría cuál era la causa, sin duda, así que esperaba que el sargento me hiciera feliz enseguida o me echase una bronca del demonio.Llamé, tembloroso un poco asustado y muy expectante.- Pasa, pasa.Entré, mi corazón iba a mil de la emoción, dejé el café sobre su escritorio, ahora lleno de papeles. Él me cogió del brazo mirándome directamente a ...
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