1. Merecida infidelidad


    Fecha: 25/11/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Elisa, Fuente: CuentoRelatos

    ... contundente: siempre que hago el amor, tengo que llegar al orgasmo, si esto alguna vez no ocurre, cambio de pareja y aquí paz y después gloria. Esta pobre inocente, me contó que ella nunca había sentido lo que su marido cuando soltaba tanta "leche", pero que creía que esa era una característica biológica de la mujer. En fin, ya digo, las influencias del mierda de su marido. Le dije que el verdadero amor no se basa en el sometimiento al ser amado, sino compartir, y en el sexo, si cabe, mucho más. El mejor de los placeres se presenta cuando la mujer siente que el hombre desea hacerla ver las estrellas de puro placer, cuando era saboreada en su sexo con una lengua de continuas vibraciones sobre su clítoris que te hacen tocar el cielo con las manos, cuando conseguía que sus pezones se endurecieran hasta tensar la piel de las aureolas, cuando la explosión de semen en tu interior van acompañadas de palabras de amor, de miradas cómplices, cuando terminado el acto te acarician la cara con manos de seda, arrancándote sonrisas. Es ahí cuando existe verdadero amor, es ahí cuando sabes que te aman. Dijo que a ella nunca le había acariciado el sexo con la lengua y que no creía que le gustara, pero cuando Vidal la obligaba a chupársela sabía que a él le gustaba mucho, pero ella siempre escupía el semen, porque él parecía una bestia y le daba asco. Pasados unos meses en los que frecuentemente hablábamos de estos temas, comenzó a sospechar, en cierto modo influida por nuestros ...
    ... comentarios subliminares que ella supo descifrar, que el machote de su marido no tenía bastante con una sometida y acabó siendo un asiduo de prostíbulos y orgías varias. Me pidió consejo y, claro, no pude más que darle el que mejor se merecía: ―Mirian, realmente creo que lo que necesitas es que de una vez por todas te des cuenta de que hay hombres que serían capaz de perder la vida si con ello te producen placer, así que no pierdas más tiempo y disfruta de una buena jornada de sexo con el hombre que te desee, que no te sienta su objeto personal. La verdad es que le costó mucho aceptar la realidad, pero por fin, un buen día, decidió pasar a la acción. Me llamó a casa, emocionada como colegiala ante su ídolo, para pedirme un favor: Préstame tu casa toda una tarde, creo que ya es hora de comprobar la veracidad de tu modo de ver el sexo. Grité de emoción y por supuesto acepté perderme una tarde o las que hicieran falta si era para que mi amiga rompiera de una vez por toda la burbuja en la que vivía. Quedó el sábado con Fabián, un compañero de trabajo, aunque de otro departamento. Un chico de 32 años, atlético aunque no muy guapo, pero una delicia de hombre. Fabián hacía años que la amaba en silencio, pero sabía que era una quimera para él. Mirian contó a su marido que estaría almorzando con nosotras para celebrar la licenciatura en derecho de Maite, la jovencita del grupo que llevaba años alternando estudios y trabajo. El súper macho cabrón picó. El sábado sobre mediodía llegó a casa, ...
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