1. LA DAMA DE BLANCO - LA DIOSA GATA


    Fecha: 07/12/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Tus Relatos Autor: roberto, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... parejas estaban o tomando sol o en las mecedoras, muchas estaban desnudas o abrazadas sobre el césped. Distraído miré una pareja joven cercana que estaba sobre el césped, ella quizás de veinte años y él algo más, se besaban y acariciaban  con desesperación.
    
    Nosotros terminamos de comer nuestro refrigerio y fuimos de nuevo a nuestras reposeras, y me recosté a lo largo de ella, al lado estaba la de Áster, pero ella se subió en mi regazo sobre mis piernas y se acurrucó poniendo sus manos y apoyando sus duros pezones sobre mi pecho, me acarició la mejilla, sus ojos y su boca estaban a centímetros de los míos; su mirada era profunda y en sus ojos chispeaba la lluvia dorada que era su característica distintiva, mientras yo la rodeaba con mis brazos y le acariciaba, chupaba y besaba muy delicadamente sus duros pezones, escuchando como muy quedamente ronroneaba y gemía de placer.
    
    Volví como en la creación anterior  a sentir su cuerpo, sus nalgas, sus caderas, su cintura su pecho, sus tetas, su cuello, su perfume embriagador de esencias finísimas y exclusivas, sentí su entrega total, invitándome que la posea y entre en ella hasta lo profundo y recóndito de su ser. Le besé y chupé con desesperación sus maravillosas tetitas, regalo las Diosas y ella levantó la cabeza y me respondió besándome en los labios también con desesperación, llorando quedamente mientras decía en voz baja -- No quiero que me dejes -- Evidentemente también ella conocía nuestra historia anterior de viejos ...
    ... encuentros y desencuentros. Y apretándola fuertemente le dije -- Antes que dejarte prefiero la muerte –
    
    Las horas fueron pasando, en un momento, entre las personas de blanco,  distinguimos varias personas maduras, a mayoría mujeres, vestidas con capa verde y amarillo dorado. Áster me dio un beso en los labios y me dijo -- Vamos a saludar a mi madre  y a la señora Consuelo –
    
    Nos levantamos, me tomó de la mano (para que no me pierda seguramente) y comenzamos a caminar hacia el grupo, al distinguir a su madre le saludó con la mano, se acercó y le dio un beso en  la mejilla diciendo -- Hola mamá -- y añadió con una sonrisa pícara -- Voy a presentarte a mi prometido –
    
    La señora visiblemente emocionada se acercó a mí y me saludó y me dio un beso en la mejilla y me dijo -- Muchas gracias por aceptar a mi hija, por favor cuídela mucho, ella es muy sensible y tierna y les deseo la máxima felicidad -- Me dio la mano y se alejó con los otros mayores, la mayoría mujeres y pocos hombres. 
    
    El sol había caído y comenzaba a refrescar. Fui adentro, abrí mi bolso y saqué camiseta y remera T polo más gruesa y jean largo y me vestí con ellos y cuando salí vi a Áster vestida con camisa y jean azul y cubierta con una túnica blanca al igual que las demás mujeres querían concebir esa noche, y de inmediato me acerqué a ella y nos tomamos fuertemente de la mano (Quizás previendo nos querrían apartar en cualquier momento, pero yo esta vez lucharía por nuestro amor, aunque me fuera la vida) ...