1. LA DAMA DE BLANCO - LA DIOSA GATA


    Fecha: 07/12/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Tus Relatos Autor: roberto, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

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    Anocheció, una Luna Llena enorme blanca plateada con cara sonriente,  comenzó a subir en el cielo. Una mujer con cabellos blancos, envuelta en una capa verde con vivos dorados alzó sus brazos, invocó a las Diosas y dijo, 
    
                 ¡¡Declaro abierto el Festival de la Fertilidad de la Luna Llena!!              .     .
    Un alarido de júbilo se alzó entre los presentes, acto seguido las parejas comenzaron a besarse y tenderse en el suelo en el césped o en grandes lonetas, cada pareja estaba en lo suyo independiente de las otras. Algunas más apasionadas, otras más calmas, en algunas las mujeres cabalgaban arriba de los hombres, en otras hacían furiosos 69 y en algunas, eran tríos o cuartetos y se escuchaban gemidos y gritos por doquier, era un frenesí de sexualidad mezclada con sensualidad, y como telón de fondo la necesidad de procrear y si eran niñas, mejor.
    
    Desplegué la colchoneta que habíamos traído, nos desnudamos en silencio y empecé a acariciarle las tetas y los pezones con mucha suavidad con mis dedos y mi lengua, y ella respondió abrazándose a mi cuello y acariciando mi rostro. Y en ese momento recordé la creación en la que comenzó a soplar  muy fuerte, cuando me dijo ¡¡Un viento me lleva!! --  (Y la perdí de vista)
    
    Y para evitar volviera a pasar lo mismo, inconscientemente la estreché en mis brazos, sacudí mi cabeza para ahuyentar malos recuerdos y le dije quedamente por primera vez -- Te quiero, eres maravillosa -- La acosté de espaldas boca arriba ...
    ... y tomé mi pene con una mano y lo puse en la entrada de su vagina y con la otra comencé a tantear su entrada, con gran suavidad y a acariciarla y lamerle el cuello mientras ella gemía quedamente. Le abrí las piernas, la vagina también se abrió, y entonces escuché que me dijo muy quedamente -- despacio Amor, porque soy virgen -- La volví a besar y le dije que si le dolía lo sacaba o no le entraba con el pene, a lo que me contestó firme -- Quería la desflorara pero que lo hiciera con suavidad y  ternura.
    
    A medida que subía nuestra excitación su vagina y mi pene comenzaron a latir y exudar líquido seminal, cuando la punta estuvo en la entrada, entonces ella se aferró a mis caderas y me empujó hacia abajo mientras subía con fuerza sus caderas hacia arriba y ambos fuimos sintiendo como el pene iba entrando hasta que nuestros vientres y pelvis chocaron y nos descontrolamos y comenzamos a corrernos o acabar, una, dos y tres veces mínimo --  Y un charco de leche y flujo nos empapó las piernas y mojó la colchoneta, pero no nos importó. Ambos nos amamos, gemimos y gritamos al llegar al clímax, después yo giré y me puse boca arriba a su lado y cortésmente la tapé con mi remera y su camisa, para protegerla del frío nocturno, mientras  quedábamos agarrados de la mano.
    
    Giró su cabeza y me besó en los labios, dulce y apasionadamente, diciéndome -- Te quiero, eres maravilloso y te agradezco lo delicado que eres conmigo, en ningún momento sentí dolor, contigo todo es hermoso --
    
    Nos ...