1. Don Esteban el profesor


    Fecha: 12/12/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos

    ... solo me ponía más cachondo. Cuando acabó de desnudarse me volvió a coger de los pelos y me levantó hasta que me puse de rodillas. Tenía su polla a unos dos centímetros, pero como no me soltaba el pelo no llegaba. Tenía la boca abierta, deseaba aquella polla en mi boca. Alargué la lengua y la roce, estaba deliciosa. Acto seguido me escupió en un ojo y me dio un tortazo. Que me dejó tirado en el suelo. —¿Ves lo que me haces hacer putita? No puedes hacer eso sin pedir permiso. Tenía razón y yo seguía empalmado. Me cogió con suavidad del suelo y me tumbó en la cama. Me acarició todo el cuerpo. Mientras me decía que si era una putita buena lo íbamos a pasar bien, pero que si no me iba a enseñar buenos modales. Yo contestaba a todo que sí. Me quitó la blusa suavemente disfrutando de mis pezones, sus manos y su lengua me tenían en éxtasis. Pasó a mis piernas y me quitó las medias de entre besos y caricias. Joder cuando me levantó la falda y acarició el tanga no pude más y me corrí. No sé de donde salió la correa, pero me dio tres correazos en el culo que estuve dos días sin poder sentarme. Otra vez estaba en el suelo y dolorido. Me ordenó que me fuese, que era una puta mala y egoísta. Supliqué de rodillas. No sé si lloraba por el dolor de los correazos o por las ganas que tenía de ser totalmente poseído por aquella mala bestia. Lloré sobre su polla y por fin me la metió en mi boca. La chupé con avidez, ni siquiera tuvo que obligarme a hacerle garganta profunda. Era la mejor polla ...
    ... que jamás me había comido. Me dejó hacer y me esmeré al máximo solo quería hacerle ver el cielo. Me dijo que parase y paré en seco. Le supliqué para que me dejase llegar hasta el final. Me dio permiso para seguir, pero me advirtió que si se me escapaba una sola gota me molía a palos. Seguí chupándosela. Le comía los huevos y saboreaba cada centímetro de aquella polla con mi lengua. Cuando noté las primeras sacudidas le volví a hacer garganta profunda y se me corrió en el esófago directamente. Estaba cargadito, porque me metió como 6 o 7 andanadas de deliciosa leche. No se me escapó ni gota. Aquello le gustó, porque como premio empezó a besarme y a tratarme con delicadeza. Me sentó en su regazo y me acariciaba todo el cuerpo. Aún llevaba el tanga puesto, pero mi polla había escapado de él hacía tiempo. Me lo arrancó. Empezó a chupármela, mientras sus manos seguían acariciándome todo el cuerpo. Yo dejé caer la cabeza hacía atrás, y así quedé colgado. Totalmente a su merced. Nuevamente empecé a llegar al orgasmo, pero esta vez empecé a suplicar. Después de un rato me dejó correrme. Le llené la boca, la cara, mi abdomen… Le pedí permiso para limpiarlo con mi lengua y me dejó. Aquello era el paraíso. Cuando hube terminado me indicó que me acostara en la cama boca abajo con las rodillas fuera. Él se agachó un poco y puso mis rodillas a la altura de sus hombros, las agarró fuerte con sus manos y se levantó. Mi culito quedó a la altura de su boca y empezó a chupármelo y a dilatarlo con ...