1. Cambio de rumbo (segunda, tercera y cuarta parte)


    Fecha: 05/01/2018, Categorías: Dominación Grandes Relatos, Autor: servus, Fuente: CuentoRelatos

    ... semanalmente, no? Algunas veces hasta dos a la semana... ¿realmente ves normal que estés todo el día tocándote y viendo películas guarras? —¿Cómo sabes que...? —Cariño, el historial del navegador... -Ufff me ponía entre la espada y la pared. Me miró lascivamente. Reflexioné un poco, y pensé que al fin y al cabo, tenía razón. Ella no le concedía tanta importancia al sexo y parecía lo más lógico. La verdad es que sí que estaba un poco salido, había llegado hasta a coquetear con otras mujeres, pero nunca le había llegado a poner los cuernos. Pronto caí en lo que había ocurrido justo antes... —¿Y tu juguete, entonces? —Eso es otra cosa, como te digo, me cuesta mucho tener un orgasmo normalmente. Creo que es justo que si tú te vas a correr una o dos veces a la semana gracias a mí, yo tenga mis momentos de relax más a menudo. Date cuenta que estudio mucho y tengo que relajarme de vez en cuando, y tú no puedes venir a todas horas. Pero tienes que prometérmelo, no te tocarás más. —Yo te lo prometo, pero... —Nada de peros. -dijo Ella poniéndose mandona– Venga, nene, a casita que se hace tarde, dijo ya de pie y dándome un leve cachete en el trasero. Imaginadme como me quedé, al cerrarse la puerta del piso a mis espaldas y quedarme mirando el hueco de la escalera. ¿Qué había pasado? Ya lo había prometido y no iba a dar marcha atrás. Si quería comprobar mi autocontrol, me lo tomaría como algo personal. TERCERA PARTE Después de nuestro último encuentro, aquella semana, pude verla cada ...
    ... vez menos, entre las clases, los trabajos, prácticas y estudiar, apenas teníamos tiempo para quedar un día para pasarlo juntos. Yo no me cansaba de decirle que aquello de no poder masturbarme se me estaba haciendo cuesta arriba, pero Ella parecía no escucharme y seguía dándome largas. —Lo has prometido, ahora no te puedes echar atrás. Si te pillo algún día me voy a enfadar eeeh, ¿por qué no te deshaces de todo ese porno que tienes en el ordenador? Y dicho y hecho, le eché valor al tema y me mantuve casto como pude. La cosa es que todo aquello me excitaba de sobre manera, sabiendo que Ella, por la noche, o durante los fines de semana cuando no estábamos juntos, se tocaba con aquel consolador vibrador de 20 cm. Yo lo había visto sólo una vez, pero no se me iba a olvidar en la vida... —Ven, nene, ¿no te apetece ver mi juguetito? Al fin y al cabo, lo he pagado de tu bolsillo... Me acerqué en calzoncillos, desconfiado. Ella abrió el cajón de su cómoda y me lo enseñó... me pareció descomunal, no sé, aunque muchas chicas iban diciendo por ahí que el tamaño ideal eran 20 cm. no creía que fuera tan grande. Era de color rosa, con brillos, suave y esponjoso. Tenía un sistema de vibración de varias velocidades incorporado y una especie de punta en el otro extremo que sobresalía, con forma de conejito, para acariciarse el clítoris, según me contó Claudia. Estaba encantada con él. Por un momento, se quedó mirando mis bóxer negros, notando el aumento del bulto de mi entrepierna ante aquella ...
«1234...»