1. Cambio de rumbo (segunda, tercera y cuarta parte)


    Fecha: 05/01/2018, Categorías: Dominación Grandes Relatos, Autor: servus, Fuente: CuentoRelatos

    ... como para poner trabas, y al verla bajándose las bragas y empujando mi cabeza bajo su vestido ancho, me dejé hacer. Ella fue indicándome, arriba, abajo, un poco más allá, ahora chúpame las tetas, ahora vuelve abajo. Tomó el control totalmente, sintiéndolo especialmente cuando juntaba sus muslos fuertemente o me tiraba del pelo, dando pequeños gemidos de placer. Nunca la había visto en ese estado de excitación. Sudaba, resoplaba y apretaba la almohada. No me cabe duda que todo aquello fue una mejora para Ella. Cuando acabé y salí de allí, desnudo y empalmado, me dirigí corriendo al cuarto de baño a lavarme la cara. Estaba totalmente sudado, incluso extenuado, sin saber cuánto tiempo había estado allí. Apenas me estaba secando, cuando noté como Claudia, juguetona, tomaba mi miembro desde atrás y lo comenzaba a bombear. Apreté los dientes. —¿No vamos a follar? —Shhh... -decía mientras tiraba de mi pene, sacándome del baño, hasta que llegamos a su cuarto.- Ponte a cuatro patas en la cama, anda... —¿A cuatro patas? —Me ha encantado antes cuando te he visto, me pone a cien, ¿lo harás por mi verdad? Me sentía un poco humillado de nuevo, viéndola a Ella totalmente vestida, y estando yo desnudo, con un calentón y a cuatro patas. —Mira, Javi –dijo acariciándome la cabeza estando Ella de pie– A mí ya no me apetece seguir, pero voy a ser buena y voy a hacerte un favor, dejando que te corras, ya sabes que no lo tienes que hacer muy a menudo... —¿Un favor? Venga ya... —Si quieres lo ...
    ... dejamos para la semana que viene. —No, noooo, por favor, lo haremos a tu manera. —Eso está mejor, espera que traiga algo para que no se manche la colcha. En un instante volvió con una especie de bol de perro que estaba dando vueltas por el piso. —Por lo visto, se lo dejaron unos antiguos inquilinos y como no hay mascota lo usaremos para esto. Eso sí, luego lo friegas, ¿vale? —Claro, Claudia. —Muy bien. Quédate tal y como estás, no te muevas. Hoy vamos a probar cositas nuevas, ya hacía tiempo que no te hacía una paja, pero sabes que odio pringarme... A través del espejo que tenía en la cabecera de la cama podía ver como comenzaba a colocarse unos guantes de látex de esos desechables que utilizaban en el laboratorio, se untaba una crema con lubricante y se acercaba a mi. Noté como me indicaba que abriera las piernas, estando yo a cuatro patas, y desde atrás, tomó mi pene y comenzó a bombearlo hacia el cuenco. —Así lo tendremos que hacer a partir de ahora, no quiero ensuciar nada, ¿has entendido? —Si, Claudia. —Uy, uy, uy qué bien te ha ido la castidad, no te veo nada respondón. -decía mientras iba bombeando- ¿Sabes que no quiero que te toques más tú solo, verdad? ¿A qué sientes mucho más después de este periodo de castidad? ¿Me juras que jamás lo volverás a hacer? —Síiii, lo juro... —Bien, nene. Otra cosa, quiero decirte mientras estamos con las manos en la masa... - siguió bombeando pero bajando el ritmo al ver que me iba a correr rápido. - Sería mejor que durante la semana que ...