1. Rashid el francés chapero en París


    Fecha: 17/01/2018, Categorías: Gays Autor: ZLAZKO-KAI, Fuente: CuentoRelatos

    ... el cuerpo, grande, larga, gorda, lo que se dice un buen manubrio negro y monstruoso. La verdad es que lo pude comprobar gustosamente, al igual que su culazo redondo y prieto, con esas nalgas separadas únicamente por un ano aún más delicioso y hermoso. Yo estaba en el bar, sentado en la barra bebiendo y esperando que me saliera alguna chapa con un tío. Normalmente, a ese bar iban hombres mayores con ganas de pollas jóvenes, y siempre que iba me hacía dos y tres trabajos. Para conseguir esos trabajitos había que hacerse notar, y vestirse lo más provocativo posible. Ese día llevaba unos vaqueros súper ajustados, que me marcaba bastante el paquete y me hacía un culo bien apretado. Una camiseta de tirantas, para que dejara ver mis brazos musculosos y una gorra negra Nike, que me hace un poco macarra y muy varonil. Pierre entró en el bar con dos hombres más y se sentaron en un reservado al fondo. Me percaté varias veces que no me quitaba el ojo de encima, no paraba de mirarme de arriba abajo como si me estuviera escaneando, así que me dediqué a provocarle sentado en el taburete y abriéndome bien de piernas, para que pudiera ojear la mercancía que yo tenía entre ellas. Al cabo de un rato, se acercó a la barra con la excusa de pedir las copas y así poder hablar conmigo. PIERRE: Parece que no hay mucha gente hoy... ¿No? RASHID: Si eso parece, aunque todavía es temprano... y los niñatos suelen venir más tarde, si te refieres a eso. PIERRE: Bueno, me refería en general... a mi que haya ...
    ... más o menos niñatos como tú dices, me da igual... será porque ya he visto el que me gusta. Veo que tienes la copa vacía... ¿Te puedo invitar a una?... Si me permites. RASHID: Claro, por que no. PIERRE: Por favor pide lo que quieras, y espérame solo un momento que voy a despedirme de mis amigos... enseguida vuelvo. Estuvimos una hora más en el bar bebiendo y hablando de nosotros. Después me llevó a un hotel en el centro de París y cogió una suite. Cuando entramos a la suite descorchó una botella de Dom Perignon, me sirvió una copa y nos sentamos en un pequeño sofá al lado de la cama. Hablábamos de sexo, de folladas, de tíos buenos, y sobre todo me preguntaba cómo me follaba a los tíos y lo que más me gustaba hacerles. Durante un buen rato le estuve contando algunas anécdotas de mi trabajo, los sitios más raro donde había follado, la de tíos casados que me pedían que me los follara por el culo y le diera la polla para chupármela... etc. Él me contó que había estado con muchos tíos y tías, que le gustaba hacer de todo en la cama y no le hacía asco a nada. Nos reíamos de las cosas que me contaba de sus amigos, como iban de hombres respetables católicamente casados, y después eran los primeros en poner el culo para recibir una buena envergada. Poco a poco nos habíamos quedado en ropa interior, Pierre en eslip blanco tipo bañador, y yo con mis bóxer negro. Él iba a lo que iba, a calentarme la polla, y yo me dejaba llevar, por qué ya a esas alturas de la noche solo quería echar un ...
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