1. Curiosidad y placer (II)


    Fecha: 23/01/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La experiencia gay vivida con el sastre y que les relaté días atrás verdaderamente me marcó. Luego de salir con el smoking en mi brazo, sintiendo todavía la sensación de su boca en mi verga, lo que más deseaba era que llegase el momento de devolver el traje que había alquilado y eso que la fiesta para la que lo renté, recién sería en dos días. La promesa de "pasarla aún mejor" que quedó flotando en las palabras de Roberto al despedirme aquella noche, seguía acariciando mis oídos, volvía a ponerme tenso y en definitiva a excitarme. Había llegado allí siguiendo un impulso de curiosidad. Había descubierto que esta relación no era casual ni circunstancial, era sencillamente un sinceramiento interior conmigo mismo.Lo vivido con Roberto no era simplemente la consumación de una fantasía, era en definitiva el aceptar que ser acariciado por otro hombre, era algo que estaba pendiente en mi, que tal vez nunca había querido aceptar o nunca se me había presentado la oportunidad de enfrentar.Había sucedido, yo lo había buscado y en definitiva me había gustado y lo quería repetir. A medida que pasaron los días, aún en la fiesta de marras, donde tal como vaticinó Roberto tuve mucho éxito, en especial por lo bien vestido que estaba, se fue haciendo cada vez más intenso el deseo de volver. Quería nuevamente sus caricias, sus besos en mi cuerpo, quería repetir la experiencia de su felatio, pero también aunque me costase admitirlo, quería algo más, aún no muy claro. De sólo pensar en volverme a ...
    ... enfrentar con aquella menuda, simpática y lisonjera humanidad de Roberto, se me erizaba la piel, me provocaba un escozor especial a nivel del sexo que terminaba inevitablemente en una erección y si estaba solo, en masturbación. La noche de la fiesta, salí de la misma junto a una exquisita jovencita compañera de la facultad con la que tuve sexo en su casa a la que me invitó para tomar un café. Si bien vivía con sus padres, estos estaban de viaje y dadas las circunstancias, ambos con unas copas de más, terminamos desnudos, acariciándonos y besándonos en su dormitorio. Su cuerpo era estupendo. Nada exuberante pero sumamente armonioso. Además de una carita cautivante por su belleza, de labios gruesos y provocativos, lo más atractivo para mí fue el tamaño de sus pezones. Eran enormes en comparación con el tamaño total de sus senos.No sé cuanto tiempo estuve allí, prendido de esos espectaculares pezones chupándolos. Pasando mis labios de uno al otro, saboreándolos y comprobando la dureza que fueron adquiriendo a medida que trascurrieron los minutos. Simultáneamente mi mano entre sus muslos, acariciaba su vagina apenas cubierta por una pelusita renegrida, introduciendo alternativamente uno o dos dedos en su vulva. Mis dedos y mi mano toda se empapó de sus jugos y fue aprisionada con fuerza entre sus labios vaginales, suaves y cálidos, cuando sorpresivamente para mí, su cuerpo se arqueó y convulsionó en un orgasmo espectacular, con mis dientes aún mordisqueando sus pezones.De su boca ...
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