1. Curiosidad y placer (II)


    Fecha: 23/01/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... más pálido y "desinflado" que unos minutos atrás. Fui consciente que en el momento más febril del orgasmo mi pensamiento había volado hacia Roberto y verdaderamente tuve miedo que en esos instantes donde difícil es controlar lo que se dice, hubiese pronunciado su nombre o alguna frase que me delatase. La sonrisa juguetona, complaciente y hermosa de Ana(así se llamaba mi compañera) que aún con la mano tomando lo que quedaba de aquel miembro hasta hacía un rato erecto y ahora hecho una piltrafa, pequeño y arrugado, mirándome divertida desde mi entrepierna, me tranquilizó.¿Te gustó amorcito? dijo. Claro que sí, fue maravilloso, le respondí, nunca pensé que sería tan hermoso. Yo tampoco...mi orgasmo fue sensacional y por lo que me hiciste tragar, el tuyo no lo fue menos. No quiero que te enojes, siguió diciendo, pero entre lo que tomamos, bailamos y esta explosión, solo quiero dormir. Sé que me voy a arrepentir de no reiniciar ahora la juerga y hacer que me penetres. Te juro que lo quiero desde hace tiempo, pero ahora estoy destrozada...concluyó.No te preocupes mi adorable Anita, le respondí, yo estoy como tú, deseo lo mismo que tú y si verdaderamente lo quieres, no faltará la oportunidad de la consumación, te lo aseguro. Dicho esto, previo darme una ducha rápida, me vestí y me despedí de mi bellísima amante, no sin antes recorrer todo su cuerpo con mis labios, como agradeciendo que me hubiese entregado tanta belleza, mientras su piel se erizaba, en especial esos pezones ...
    ... gigantes y morados, que apenas besé nuevamente se endurecieron. Por favor vete, casi me ordenó, porque dos minutos más de estos besos y te volteo de nuevo, me dijo mientras se arropaba con las sábanas y me pedía que al salir diese un fuerte portazo al zaguán ya que la cerradura era automática y no había forma de abrirla desde afuera si no era con llave.Ya en la calle, casi amaneciendo, caminé hacia la primera parada de taxi que encontré y en el trayecto fui repasando las vivencias de la noche a las que cada vez con más frecuencia, se entremezclaban las experimentadas con el sastre. Llegado a mi casa, casi no puede dormir pese al cansancio. En mi cabeza solamente daba vueltas la idea de rápidamente devolver el traje, provocando el reencuentro con Roberto. ¿Qué pasaría entonces? ¿Qué era la que yo iba a buscar?. ¿Verdaderamente él estaba interesado en continuar la relación iniciada, como lo había insinuado?. ¿No sería de mi parte, una fantasía más?Estas interrogantes a las que se fueron agregando las imágenes mil veces repetidas en mis calenturientos pensamientos, recordando a Roberto con mi verga en su boca, provocándome uno de los mayores orgasmos que recordase, volvieron a excitarme y sin más me apliqué una furiosa masturbación, que derramó en mis sábanas casi tanto esperma como el que poco rato antes había vaciado en la boca de Anita. Recién a partir de este nuevo orgasmo, fui conciliando el sueño, no sin antes concluir que lo primero que haría al despertarme sería llamar a la ...