1. En medio de los dos


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hilillo de vellos suaves, de tonos castaño claro, bajaba por su vientre hasta perderse bajo la línea de su pantalón.El notó que lo estaba viendo, y yo traté de disimular. Me sentí de pronto nervioso, y tomé los vasos y los llevé a la pequeña cocina para lavarlos. En eso estaba cuando sentí la presencia de Felipe, que se colocó detrás de mí, y con voz suave me dijo: ¿quieres que te ayude? No, dije, no. Yo los lavo. Pero él insistió y rozó con sus partes mi trasero. Yo sentí una descarga eléctrica correr por todo mi cuerpo, pero traté de mantenerme ecuánime. Ya me dijo Mario… repuso él. ¿Qué te dijo? Le pregunté. Enrojeció un poco, y titubeando repuso: puesss… todo. No sé que te dijo, le contesté, y volví a la sala. En esos momentos Mario se quitaba el pantalón mojado, quedándose en un bóxer negro que le quedaba estupendamente, pero que también estaba empapado por el vino.Traía unas gotas todavía sobre el vientre, que yo sacudí con la mano, que él retuvo y me dijo: ven. Me tomó y me acarició la espalda, pero yo le dije que Felipe estaba ahí, y arguyó: No hay cuento con Felipe. Es más, me preguntó si podrías… hacerlo con él también… Yo me sorprendí, pues jamás me había pasado por la mente estar con dos hombres al mismo tiempo, y en esos momentos Felipe llegó por detrás y entre ambos me aprisionaron. El olor del vino derramado en los cuerpos me embriagaba un poco, y no dije nada. Los dejé hacer a ambos, y me condujeron a la recámara. Entramos a una habitación en penumbra, apenas ...
    ... iluminada por una lamparita suave que no alcanzaba a disipar las tinieblas.Entre los dos me desnudaron, lenta y cadenciosamente. Mientras uno me quitaba la camisa el otro me despojaba del pantalón. Felipe parecía el más ansioso, y me besaba los costados, me estrujaba y lamía los glúteos mientras deslizaba mis prendas hacia abajo. Mario me besaba las mejillas y los labios, los ojos cerrados, mordisqueaba las orejas, las manos, mientras yo iba sintiendo como crecía el deseo en mi interior. Tenía a dos hombres conmigo, dispuestos a realizar una experiencia única.Me tendí sobre la cama con Mario, que seguía acariciándome, y advertí que Felipe terminaba por quitarse el pantalón, y después un calzón blanco ajustado. En la suave atmósfera levemente iluminada su verga descomunal relucía, brillante y blanca, emergiendo de una mata de vellos ligeramente oscuros. Su piel resaltaba a la luz de la lámpara. Mario en cambio se opacaba un poco, y aunque se había quitado el bóxer su sexo se perdía en las sombras.Claro que yo ya conocía su macizo miembro y tenía grabado en la memoria cada vena hinchada de aquel tronco de roble oscuro. Conocía el olor intenso de sus ingles y el sabor dulce de su semen, y sobre todo había probado cuán profundo podía penetrarme. Pero el miembro de Felipe era una cosa misteriosa y nueva, Más larga y delgada que la de Mario, con un glande menos grueso pero más agudo, más incisivo. Me colocaron en cuatro, Mario enfrente y Felipe detrás. Mario me dio su gruesa verga ...
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