1. ¿y porque no? una gran experiencia en pajera


    Fecha: 27/02/2018, Categorías: Intercambios Autor: tsumi, Fuente: RelatosEróticos

    ... espalda, masajea mi nuca, recorre mi columna vertebral hacia mi ano, estoy tiritando como si estuviera helada, es excepcional, cojo su erección en la palma, la masturbo, mi mano parece tan pequeña. Llevo su punta a rozar mi clítoris, al borde del sincope, despaciosamente introduzco su pene, milímetro a milímetro. Los ojos cerrados, me deleito de este regalo, siento su excitante monstruo moverse dentro de mí. De repente se inmoviliza, latiendo a mil por hora, un par de sus dedos buscan y encuentran mi clítoris. ¡Dios mío! ¡Que nunca se acabe este suplicio! ¡Es increíble! ¡Por favor, que sigue…que sigue! Me falta el aire, aspiro, expiro…aspiro, expiro…Llego al punto más culminante, me presiona las caderas con las manos, me empuja de un golpe, es la señal, presiono su erección, jadea, grito. Arrancamos una batalla de culo contra pene, chocamos, me da un placer inimaginable. ¡Dios, Dios, Dios! Estoy gozando como nunca. ¡Huiiii! Siento su semen estallar en mí, me relajo totalmente, me entran convulsiones, estoy poseída, mi cuerpo reacciona como un palo de bambú, se arquea, se extiende una y otra vez, hasta que una tremenda descarga de adrenalina lo atraviese. Me abraza, estoy tan pequeña entre sus brazos, ...
    ... Tarzan, mi héroe, me ha follado. Lo presiono con mi vulva para sentir sus últimas contracciones. Fue indescriptible, alucinante…Pienso en Stone… Maleva se ha empalmado sobre mi erección, la cual impulsada por su mamada se ha puesto de un tamaño XXL. Se mueve sutilmente, es melodiosa como una música de Frédéric Chopin, me deja tocarla, su piel es cristalina, suave, sus senos reposan en mis palmas, es champán y caviar, es una cena en el Bulli un 31 de diciembre, soy un elegido afortunado, muchísimas gracias Lena. Maleva me mira, una de sus cejas, perfectamente alineadas se arquea ligeramente, una media sonrisa provocadora se diseña sobre sus labios, sus manos envuelven la base de mi pene, un par de dedos se introducen con él en su vagina. De repente el tempo cambia, el rock duro de AC/DC ha cogido posesión de su cuerpo, la agarro por las caderas, parece una muñeca de trapo, su melena salvaje voltea en un desorden sensual, mechones sueltos se pegan, tapando parte de su rostro dolorosamente impaciente, alterado por el subidón de adrenalina. Estoy agonizando, sus pupilas se dilatan, jadea, me asfixio, ya viene su orgasmo, la sigo descargándome en ella. Tengo que pellizcarme, ¡No! ¡No he soñado! Gracias vida… 
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