1. Nuestra soledad nos traiciona (1ª parte)


    Fecha: 06/03/2018, Categorías: Incesto Autor: stukka15, Fuente: CuentoRelatos

    ... claro que el negocio la requería también. Después de analizar y tomar algunas decisiones de socios, descansamos un momento y le pregunte como estaba ella, como se sentía de nuevo en casa, si visitaba a sus amigas o si aprovechaba su tiempo libre. Me miró y sonrió. ― Necesito descansar, volver a casa y tirarme en la pereza por días. Entendí que estaba agotada y necesitaba distraerse de la rutina médica de mamá o también enfermaría. Por la tarde, la secuestre y fuimos a cenar a un viejo restaurante al que acudimos algunas veces con mis padres cuando éramos pequeños. Cenamos sin prisa y remembramos aquellos lejanos días. El lugar apenas había cambiado un poco su decoración, pero los platillos y la atención seguían siendo excelentes, no en balde seguía siendo un sitio muy concurrido. ― Una semana después, me encontraba ya en mi casa, luchaba con el control para encontrar algún programa cautivante en el cable, cuando de pronto, escuche llegar a un taxi y para mi sorpresa, Sandra bajó de él con un par de enormes maletas. Salí a recibirla, pague el taxi y cargue sus maletas con rumbo a su habitación. ― Vaya sorpresa, ¿cómo sigue mamá? ― Estable, su cáncer se detuvo con la quimioterapia. ― Son buenas noticias. ― Sí, me permiten regresar un tiempo a poner en orden los libros y la casa. ― Te extrañe. ― Yo también. Nuestra rutina de trabajo poco a poco se normalizó. Puso en orden los asuntos de la casa, no sin antes reprenderme por mi descuido y volvió a la administración detallada de ...
    ... nuestra empresa. Mientras ella parecía haber olvidado aquel bello momento de intimidad y confianza entre nosotros, yo no hacía otra cosa que darle vueltas y vueltas en mi cabeza sin llegar a nada. Días después decidí olvidarlo pensando que no ocurriría más, la cordura había regresado. Triste me refugie en mis viejos hábitos y comencé a pasar más tiempo solo, reparando cosas, ordenando otras, siempre sin descuidar nuestra relación de hermanos en el trabajo y la casa. Un sábado por la noche, mientras revisábamos algunos detalles de los negocios, notamos que estábamos solos en la oficina, todos se habían marchado e incluso habían ya apagado algunas luces por lo que decidimos irnos y continuar el lunes siguiente. Mientras organizaba los documentos para guardarlos, Sandra se sentó frente al escritorio y después de un breve silencio me sorprendió. ― Piensas que lo que hicimos fue… malo. ― Te refieres a… ― Sí cuando nos cortamos el vello. ― No lo sé, no lo vi desde ese punto de vista. ― Entonces como lo viste. ― Como una locura que nos dominó brevemente pero que al final, no tuvo consecuencias. ― Para mí fue diferente… nunca me había sentido así, es como si lo hubiera deseado mucho… como… ― Como si disfrutarás ser vista, como si… ― No, no… El confiarte mi desnudez, mi intimidad es lo que me excitó fuertemente. Mostrarme desnuda a tu vista, dejar que tus manos me tocaran, que cortaras mi bello… esa serie de sensaciones tan difíciles de explicar es lo que provoca que siga presa de ese ...
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