1. Mi primo II


    Fecha: 06/04/2024, Categorías: Incesto Autor: paqui, Fuente: RelatosEróticos

    Hola de nuevo
    
    Me gustaría seguir relatando los días sucesivos de ese verano en el cortijo y también mis vivencias cuando me fui a estudiar a Granada.
    
    Pues bien, como recordaréis en el último relato, narré cómo me desvirgó mi primo y como podéis imaginar, aquel verano estuvo repleto de encuentros sexuales, ya que poco a poco me fue dominando de una manera que hacía conmigo lo que quería.
    
    No perdía oportunidad de quedarse a solas conmigo y si yo no podía, pues se iba en busca de la vecina, la cosa era que no podía estar sin sexo ya que decía que tenía que vaciarse todos los días que si no le dolían los testículos (yo más bien creo que es porque estaba todo el día pensando en cosas calenturientas).
    
    Una mañana que volvimos a quedarnos solos en el cortijo, se presentó en mi cama como solía hacer y comenzó a tocarme todo mi cuerpo, parándose en mi pecho, que como ya dije, le encantaba y no os lo creeréis, pero comiéndomelo llegaba a tener algún que otro orgasmo, ese día no fue para menos, pero él estaba juguetón y por más que le pedí que me la metiera, se resistía y me volvía a repetir aquello de que no es cuando yo quiera, sino cuando quiera él, tanto es así, que después de ponerme cachonda perdida, me dijo que me pusiese un vestido fresquito sin nada debajo, y que lo acompañase. Me llevó al establo en donde estaba el caballo semental, diciéndome que sabía que me gustaba, que la otra mañana había disfrutado mucho viéndolo, yo como tonta, y por no saber que decir, ...
    ... asentía a todo lo que el decía, tal era mi estado de excitación, que no me atrevía a llevarle la contraria. Pues bueno, ni corto ni perezoso, me dice que me apoye en el caballo, que me va a follar desde atrás como los caballos y para que me excitase más, estaría cerca del caballo. Me incliné hacia adelante, y empezó a pasarme el capullo por mi coñito, como si no estuviese lo suficiente lubricado ya, lo hacía para que lo desease aún más, cosa que conseguía sin ninguna duda, tanto es así, que yo intentaba echarme para atrás con la intención de que me la clavara, pero las cosas se hacían cuando él quería, así que me tuvo un buen rato en esa postura y sin meterla y diciéndome que acariciara al caballo, cosa que hice.
    
    Cuando a él le pareció bien, me la metió de golpe, de tal manera que no pude reprimir un grito y comenzó un mete saca muy rico, tanto es así, que el caballo empezó a ponerse nervioso, no sé si por mis suspiros o por el olor a sexo que desprendíamos.
    
    Cuando me quise dar cuenta, el caballo había empezado a tener una erección, comenzando primero saliendo de su bolsa (no sé si lo habéis visto alguna vez) para luego ponerse dura como una piedra, era terriblemente grande de cerca, daba miedo ver aquella cosa tan dura y grande pero a la vez, me excitaba sobremanera tenerla tan cerca mientras mi primo me montaba como a una yegua.
    
    Al ver mi primo el estado del caballo, me dijo que se la cogiera, a lo que me negué y entonces la sacó de golpe y me dijo que si no lo hacía, ...
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