1. Mi primo II


    Fecha: 06/04/2024, Categorías: Incesto Autor: paqui, Fuente: RelatosEróticos

    ... se me acababa todo. Como podéis imaginar, me armé de valor y se la toqué, era un tacto raro, como una piel muy dura, casi parecida a la de los hombres de color, pero más dura aún, el caballo se puso aun mas nervioso y no paraba de relinchar, tanto que daba miedo que nos pisara, pero al estar la valla por medio, era muy difícil que eso sucediera. Teníamos un estado de excitación, que no tardé en correrme varias veces y mi primo tampoco tardó en correrse sobre mi espalda y cuando me reincorporé me dijo que no, que siguiera con el caballo que si no me daba pena y la verdad, es que si, si que me daba, porque el pobre animal relinchaba y se movía con mucha energía, así que me agaché y se la cogí con las dos manos, moviéndolas de adelante hacia atrás, notando las venas tan duras que tenía el caballo y su piel áspera, no tuve que esperar mucho para que el pobre animal empezara a echar chorros de semen y al momento, empezó a disminuir el tamaño y el grosor, como si se hubiese desinflado.
    
    Espero que no penséis mal de mí por haberlo hecho, pero a aquella edad estaba muy influenciada por mi primo, hacía todo lo que me pedía, como el día que me pidió que tuviera un encuentro con un vecino de la aldea al que apodaban “El Mulo” bastante mayor que nosotros y que era viudo (se comentaba que había enviudado en la noche de bodas, ya que poseía tal miembro que le provocó una hemorragia interna a su recién estrenada esposa y como antes no había los medios que ahora, se desangró de camino ...
    ... al hospital), pues como os decía, se empeño en que lo aliviara porque decía que el pobre, desde aquello no había estado con ninguna mujer por miedo a que le pasara lo mismo y que se limitaba a masturbarse, así que un día me dijo mi primo que lo acompañase a ver como lo hacía, y allí que iba yo a todo lo que me pedía.
    
    Mi primo conocía todos los entresijos de la aldea, lo que hacía todo el mundo, como lo hacía y cuando, por eso me dijo que después de comer solía masturbarse, cuando se acostaba a la siesta y que desde la parte de atrás de su casa, se veía su dormitorio. Y así era, después de comer salimos de casa con la excusa de ir al estanque a darnos un chapuzón ya que era verano y hacia un calor terrible y nos fuimos directos a ver si veíamos al “mulo” en acción. Tuvimos suerte y tal y como decía mi primo, después de comer, se acostó en su cama y empezó a tocarse. No os lo creeréis, pero no me extraña que, si le metió todo eso a su mujer, no le hiciera daño, porque era descomunal, le podía llegar muy bien a la rodilla. Y yo que pensaba que la de mi primo era grande… pues bueno, empezó a tocarse y a ponérsela dura, pero por el tamaño, no podía mantener una erección como Dios manda, pero a fuerza de tocarse, consiguió correrse.
    
    A todo esto, mi primo no desaprovechó la oportunidad de follarme mientras mirábamos y como os dije, estaba haciendo de mí una autentica esclava sexual de él, así pues, al día siguiente me obligó a ir a casa de este hombre después de comer con la ...