1. Sacándonos la calentura


    Fecha: 21/03/2018, Categorías: Incesto Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    Recién había terminado de comer. Quería bañarme pero mi hermana mayor me cagó el baño para depilarse y pintarse. Todavía cree que con lo fea que es con sus 30 años arruinados por la merca y su paso por los puteros puede conseguir novio. No es que sea mala con ella. Es que Lorena nunca respetó nada ni a nadie, y le dio muchos dolores de cabeza a la mami. No sabía cómo matar el tiempo. No podía poner cumbia porque mi hermana Mayra, la que le sigue a Lorena, renegaba para hacer que su hijo se duerma. Esa es otra que siempre se rascó la argolla. Tampoco podía ver tele porque nos cortaron el cable. En las casas de la villa los cuartos están separados por cortinas. La nuestra tenía 3 piezas y una cocina comedor, además de un baño precario y un pequeño patio. Yo dormía con mis hermanas y mi sobrinito. La otra pieza era de mis viejos y en la que quedaba dormían Lucas y Joel, que tienen 21 y 20. Luquitas ese día estaba trabajando en la construcción, y Joel dormía la siesta. El hijo de puta no fue al colegio por no estudiar! El viejo laburaba, o le metía los cuernos a la mami. No eran chismes de don Pedro nada más. Lorena, Lucas y yo lo vimos con una gorda tetona que, se ve que se la chupa bien y con facilidad, porque no tiene ni dientes la negra. No sé por qué, pero en medio del embole que tenía me aplasté en un almohadón en el piso y dejé que la mente viaje sola. Encima no tenía ni un churro! Pensé en el guacho del quiosco que me calienta hace una bocha, en Joel durmiendo en la ...
    ... siesta en calzones, en la gorda garchando con mi viejo, y en un montón de porquerías. Creo que por eso, y sumado a que estaba sola me metí una mano debajo de la bombacha y me colé dos dedos. Cuando sentí que me empezaba a mojar y que las piernas se me abrían solas, me paré de golpe a levantar la mesa, lavé un par de platos, pensé en los fasos que siempre tiene mi hermano y me convencí de ir a despertarlo para que me fíe uno aunque sea. Pero antes volví a colarme los dedos. No entendía por qué estaba tan caliente, pero sentía que la concha se me prendía fuego. Pensé que era el calor, o que necesitaba bañarme urgente, ya que no lo hacía desde el lunes, y ya era jueves. Entré a la pieza de Joel, y verle la pija parada bajo su calzoncillo me puso peor. Lo llamé, le sacudí un brazo, le corrí una pierna y nada. No lo resistí y le toqué la verga. Le bajé un poco el calzón y se la olí. Me alejé de su cama y me toqué la concha. Acerqué mi boca a su glande colorado y le pasé la lengua, cagada en las patas pero alzada hasta las manos. Envolví su tronco firme con mi mano y subí un poquito para luego bajarlo, oler su pija de nuevo y lamerla, esta vez ya sin importarme si se despertaba. Me la metí en la boca, gemí cuando la tuve casi toda adentro y, entonces sentí sus manos en mi cabeza. ¡chupala Cami, cómo te gusta mamarla nena, en el cole sos re petera vos no?!, lo oí decirme, cuando mi lengua no lo respetaba. Lamía sus huevos, lo llenaba de mi saliva, me pegaba con su chota en la cara, se la ...
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