1. LOS VIAJES DE ALEIDITA SOLITA. 1ª. PARTE.


    Fecha: 24/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    En este capítulo que comienza de esta saga, haré y confeccionaré, por primera vez actos que le sucedieron a la actora y dueña de este relato, en su corta vida de 12 años a la fecha. . . 2º. Relato. “Primer Viaje Solita” Con un saludo afectuoso a mi bella comunidad, amigos de la página y lectores que me hacen el honor de leer los relatos que escribo y que son, dentro de lo que se articula reales sin rayar en la fantasía de plasmar, en este capítulo que comienza de esta saga, haré y confeccionaré, por primera vez actos que le sucedieron a la actora y dueña de este relato, en su corta vida de 12 años a la fecha, en los que se irán disfrutando estos eventos muy eróticos, morbosos y llenos de calentura a las mentes de quienes tengan el gusto de leer, de la manera siguiente: Primer viaje solita. - - - Corría el año de 2014 por los meses de octubre o noviembre de ese año, cuando por primera vez y por encargo de su madre, le indicó a Aleidita hacer un viaje a la capital solita, a traer unas telas que le habían obsequiado a esa señora, una ex vecina del pueblo donde vivían, ya pasadas las 6 de la tarde, Aleidita abordó el clásico camión de pasaje que la trasladaría a cumplir el encargo, luego de subir al mencionado camión fue a tomar el único asiento disponible que había y fue al final que encontró lugar, pidió permiso al que iba ser su acompañante de viaje, un señor de edad avanzada, mismo que en un inicio le hizo platica a Aleidita ya que era su compañerita de viaje, ya la tarde ...
    ... comenzaba a ser cubierta por la noche, las luces interiores del camión de pasaje, el conductor las había apagado con el fin de tener mejor visibilidad nocturna, con las luces delanteras de la unidad y la noche caía, quedando oscuro el interior completamente, la mayoría de pasajeros, su destino era la capital, así que el viaje no duró más de una hora, el ruido ensordecedor del motor de esos camiones viejos arrullaba a algunos y a otros los hacia ir bien despiertos, en el caso del vecino de viaje de Aleidita, quien entre platicas le preguntaba qué, ¿dónde iba solita allá en la capital?, que ¿qué iba a hacer? Y muchas preguntas a una niña, pero poco a poco la mano izquierda de ese señor iba tocando con el dorso de la misma, la pierna derecha carnudita y maciza de Aleidita, quien no percibía ese toqueteo cómo algo insano a su edad, volteada hacía la ventanilla observaba la inmensa oscuridad de los montes por donde transitaba el vehículo de transporte público, pero la mano iba ganando terreno, ya no era el dorso de la misma, ya era la mano sobre el muslo cubierto por la faldita escolar que portaba ella en ese viaje. A medida que avanzaba la unidad la mano traviesa de ese anciano ya había ganado más terreno y estaba situada en el vértice que hacen los muslos de Aleidita, ella por un momento bajó su vista para ver qué pasaba con esa mano vieja y arrugada que casi tocaba su partecita prohibida, en un descuido propio de su edad, separó un poco sus piernas, ya que el camión cayó a un ...
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