1. LOS VIAJES DE ALEIDITA SOLITA. 1ª. PARTE.


    Fecha: 24/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... calzoncito que estaba mojado de orines y juguitos vaginales de su edad, para salir e ir inmediatamente a la casa cercana a esa terminal de autobuses, por el encargo anteriormente descrito, ya una vez con una lona de harina llena de telas se dio de vuelta a la terminal a esperar la unidad que la llevaría de regreso a su pueblo, el cual estaba por salir de vuelta a su lugar de origen, mismo que abordó con su lona y se fue a sentar a un lado de un joven hombre vecino cercano de su casa, al que conocía y se fueron platicando, pero cómo su faldita era cortita al sentarse se le subía a medio muslo, obvio a su vecino se le iban los ojos de ver a Aleidita, no es por decir, pero Aleidita tiene unas piernas muy gruesas y a la vista muy atractivas y esa edad ya estaban en franco desarrollo, por lo que a algunos vecinos, maestros y alumnos no paraban de piropearla, haciendo alusión a esas piernotas y ese culito respingón, que se paraba excitante a las miradas, pero ella ni caso les hacía a esa edad; bien regresando de vuelta a casa. A medida que el autobús avanzaba ya adentrándose a la oscuridad del camino de retorno, y dejar las luces de la ciudad, comenzaba a hacer frío ya que eran las noches de finales del otoño, y ya casi estaba en puerta el inicio del invierno, al autobús ese, le faltaban unos vidrios en algunas ventanillas y el aire helado se colaba y llegaba a pegar en la cara y brazos de Aleidita, quien iba del lado de la ventanilla, por lo que se dio a pedirle a su conocido le ...
    ... pasara una de las telas que iban en la lona, para cubrirse sus brazos, mismo que buscó en la oscuridad una de ellas, la cual resulto ser una cobija delgada nueva, misma que le pasó y entre los dos la desdoblaron a fin de que ella se cubriera bien sus bracitos y sus piernitas, pero sobraba tela, y jugando le dice su vecino ¿me das un pedacito para taparme?, y ella accedió por la confianza que existía entre ambos, el hombre se tapó los brazos también cayendo el resto de la tela en sus piernas, por lo que ambos iban completamente tapados de las piernas hacía arriba, el autobús hacía paradas continuas ya que había gente que se bajaba en el camino y la llegada tardaría más de lo que normalmente se hace un autobús en servicio directo y sin escalas. El calor que le proporcionaba a Aleidita esa manta, hizo que se durmiera por momentos, ya que despertaba para ver donde iban y así otra vez caía en sueños cortos, el autobús ya se había casi vaciado de pasaje, sólo quedaban algunos pasajeros hasta la parte delantera y ellos iban casi hasta la parte de atrás, el vecino puso su mano en la pierna de Aleidita, que dormida no sentía nada, y la fue subiendo muy despacio, hasta encontrar el dobladillo de la faldita escolar de Aleida, hizo un tiempo breve y nuevamente comenzaba a subir la mano hasta encontrar la separación de las piernitas gruesas y duras, pero seguía avanzando hasta llegar al borde del calzoncito de Aleidita que permanecía en sueños, siguió un dedo el camino que llevaba el borde ...