1. LOS VIAJES DE ALEIDITA SOLITA. 1ª. PARTE.


    Fecha: 24/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... bache y por el brinco que dio, Aleidita salto dentro de su mismo lugar, pero al ubicarse de nuevo en su asiento la mano tocadora fue a incrustarse en el monte de venus de ella, quien bajó su mirada y en la penumbra de la oscuridad observó que un leve masaje era aplicado por el octagenario ese, en su tierna intimidad, la cual era manoseada sin su consentimiento, sus manitas juntas fueron a deslizar la mano abusadora alejándola de su abultadita conchita. Pasados unos minutos la mano nuevamente hizo su aparición en su rodilla izquierda y lentamente iba subiendo, pero esta vez debajo de la falda suavemente, hasta llegar a su conejito cubierto por su calzoncito, las manos de ella volvían a retirar esa mano invasora, pero sus fuerzas no eran suficientes, para detener ese manoseo que separaba únicamente la prendita intima de Aleidita y la mano del anciano, por lo que optó por dejarse hacer esas caricias no consentidas, pero que le daban ciertas cosquillitas de placer, ya que a esa edad ella ya había experimentado de su actual protector múltiples toqueteos y algunos avances sexuales que ya le habían despertado el morbo y casi robada su breve inocencia, y era obvio esas caricias en la oscuridad, solita y viajando fueron placenteras por lo que apartó sus piernas, para dejar la invasora mano adentrarse a esa rajita imberbe a la cual le eran proporcionadas unas buenas pasadas en su rajita infantil, misma que a esas alturas ya estaba húmeda ya que su calzoncito lo delataba y el dedeo ...
    ... continuaba lentamente, hasta que de su boquita lanzo un gemidito que sólo escuchó el anciano, y un pequeño orgasmito se hizo presente en el dedo invasivo, mismo dedo hizo a un ladito la prenda mojadita y fue a dar entre los labios carnosos de Aleidita y por instinto y calentura ella alzaba su cadera muy delicadamente a modo que el dedo avanzara y masajeara su botoncito de placer que estaba en ese instante resbaloso y caliente, el vejete saco su mano y se llevó esos dedos a su boca, chupó el néctar de Aleidita golosamente, para volver a posarlos donde los había retirado y seguir ese manoseo caliente por el tiempo que restaba de viaje. Aleidita acabó en tres tiernos orgasmitos en ese viaje de placer que no buscó, ¡se lo dieron sin su consentimiento!, el anciano en su excitación se colocó una chamarra encima de sus piernas y se dio a masturbarse lentamente, pero no podía acabar por más intentos que hacía y tomó la mano derecha de Aleidita colocándosela sobre su pene, para que, al sentir la manita suave y cálida en su arrugado, flaco y débil aparato sexual, le hiciera acabar unas cuantas gotas de semen, que lo hicieron ponerse al borde de un infarto, por el manipuleo que le proporcionó Aleidita, quien al instante, su mano la retiró y la secó de esas gotas con la chamarra del hombre que le había dado placer minutos antes. Ya una vez llegado a la terminal Aleidita se bajó y lo primero que hizo fue meterse al baño de mujeres de la terminal, a limpiarse y tratar de secar el puente de su ...
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