1. Una juventud madura (VII): Campamento de verano 2


    Fecha: 26/03/2018, Categorías: Gays Sexo Oral Autor: torresvalverdej, Fuente: CuentoRelatos

    ... la parte inferior de las nalgas, pero ni aguantando la respiración me entran. Roman no se distanciaba mucho de mi edad, solo dos añitos menos, pero su cuerpo y el mío eran un tanto distintos. No encontraba ninguna solución. Se había dedicado en cuerpo y alma a la labor Iván; cualquier cosa, como telas, ropa, sábanas y todo con lo que pudiese taparme, se lo había llevado. No había opción alguna, cuanto más tardase más gente habría por el camino hacia la playa. Salir en pelotas me parecía más normal que con los gayumbos de Iván; en los entrenamientos de trampolín de mi club, había veces en los que nos apostábamos quién eran los más rápidos nadando y el que perdía tenía que dar 2 vueltas a la piscina desnudo; a lo mejor si alguien me viese pensaría eso, que era una apuesta perdida. No lo pensé más, abrí la puerta y salí corriendo. ¡Imaginadlo! Tu tomando el sol en la playa, disfrutando de las vistas del Mediterráneo y de un baño… Y de golpe, ves llegar a un chico desnudo, con una de las manos intentando taparse el pene y las pelotas, corriendo hacia otro mientras al mismo tiempo va soltándole insultos de todos los colores. Pues… esa debió ser la impresión que se le debió quedar a la familia que estaba sentada unos cien metros más lejos que Iván. -Eres un cabrón, un cerdo un… buaaah, tengo ganas de matarte- Le dije mientras me acercaba al mismo tiempo que él se descojonaba. -No pensaba que vinieses desnudo, suponía que te pondrías mis calzoncillos al revés o que cogerías el ...
    ... cojín para taparte- contestó aun a carcajada limpia. La cara de estúpido que se me quedó al pensar todo lo que decía no aminoró esas risas de Iván, todo lo contrario. ¿Pero cómo no había pensado en esas dos opciones? Era gilipollas. -Dame la ropa. Por tu culpa no he podido desayunar- le recriminé a Iván -Yo tampoco he tenido tiempo y la verdad es que tengo mucha hambre. Me comería una salchicha y unos huevos revueltos- contestó volviendo a la carcajada descontrolada. Fue en ese preciso momento cuando le pegué un puñetazo de los que te dejan el brazo dormido en señal de venganza al chiste de Iván y me puse el bañador. Iván se quitó la ropa quedándose en calzoncillos, mis calzoncillos. Aun los llevaba puestos. -¿Vamos a nadar? ¿o habremos hecho el camino para nada?- dijo mirando hacia el mar. Aprovechando su despiste, me acerco sigilosamente, le bajo los calzoncillos dejándole con las pelotas al aire y salgo corriendo hacia el agua. No tardó nada en volverse a poner los gayumbos en su sitio ni en venir a por mí. El cabrón era un crack nadando, en nada me alcanzó. -Te pillé- dijo haciéndome cosquillas. -basta jajajaj basta basta jajajaja- no podía resistirme, me hacía tantas cosquillas que no podía dejar de reír. De un momento a otro paró diciéndome que ya estábamos en paz, pero a esa afirmación me negué. Se la tenía guardada, la venganza iba a servirse en plato frío, tan frío que le iba a doler. Nadamos un rato más hasta que faltaban 10 minutos para empezar las actividades del día, ...