1. La mujer del disidente (03). Las pertenencias íntimas


    Fecha: 11/04/2018, Categorías: Fetichismo Dominación Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos

    ... al mando. El agente tras el mostrador se apartó y dejó la maleta frente al teniente. -Vamos a hacer un inventario de tus pertenencias -le dijo el teniente a Amalia, a la vez que el subalterno cogía unos formularios y un bolígrafo-. ¿Qué es esto? -preguntó sujetando una bolsa de plástico que había encima del todo de la maleta-. -Es la bolsa con la ropa sucia, señor -contestó recordando las instrucciones que anteriormente le habían dado-. -Yo soy un señor y tú eres una guarra, que nos trae aquí su ropa sucia -dijo el teniente a la vez que cogía la bolsa y la situaba a un lado-. Amalia, abochornada, no se atrevió a decir nada. -Vamos a ver qué más te has traído -prosiguió el teniente, sacando en primer lugar un vestido negro de noche, que ella tenía preparado para cuando se fueran de vacaciones- ¿Esto qué es? -Es un vestido -respondió Amalia, que ya casi no podía aguantar las ganas de orinar, y no sabía cuánto iba a durar esto-. -Vestido -repitió el teniente dirigiéndose al agente a su lado, quién procedió por un lado a apuntarlo en el formulario, y por otro lado a escribir la palabra 'vestido' en una etiqueta que después grapó a la prenda-. -¿Y esto qué es? -siguió preguntando el agente, sacando la siguiente prenda. -Es un camisón, señor -dijo Amalia, arrepentida de tener allí tal prenda-. -Vestido -dijo el teniente a su compañero, quién al igual que antes procedió a apuntarlo en el formulario y a etiquetar la prenda-. -No es un vestido, señor, es ropa interior-intentó ...
    ... protestar Amalia, sabiendo que el que le etiquetaran como vestido un camisón casi transparente le podría ocasionar problemas-. -Es un vestido y punto -sentenció el teniente-. El que tú te vistas como una puta de burdel ya no es asunto mío. -Más cosas -prosiguió el hombre, sacando unas bragas de encaje negro de la maleta-, ¿esto qué es? Estaba claro que todos los allí presentes sabían lo que era, pero querían oírlo pronunciar de su propia boca. -Son unas braguitas, señor -tuvo que responder ella-. -Bragas -indicó el teniente de forma áspera, a lo que su ayudante procedió a etiquetarlas-. -¿Y esto? -continuó cuando su compañero terminó de etiquetar las braguitas, esta vez sacando el sujetador a juego-. -Ese es mi sujetador -contestó ella-. El teniente mandó etiquetar el sujetador y sacó un pantalón corto como siguiente prenda. Lo sujetó en alto mostrándoselo a Amalia, a la espera de su respuesta. -Es un pantalón -dijo Amalia-. -Aquí no vestirás con pantalones. Es una cárcel de hombres y pantalones ya tenemos aquí, pero te vamos a dar el privilegio de vestir como una mujer -explicó el teniente, tras lo cual se volvió y los arrojó a un cubo de basura que había tras él-. Una a una el teniente fue sacando cada prenda que Amalia llevaba en su maleta: vestidos, faldas, blusas, calzado, ropa interior... Tal como dijo, todos los pantalones los desechó, daba igual que fueran cortos, largos, de deporte o vaqueros, acabaron todos en el cubo. Las camisetas sin embargo si que las etiquetó. Una de ...
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