1. Ana, el mecánico y la casa en la playa


    Fecha: 14/04/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... par de orgasmos, él repentinamente se salió de la vagina, mostrando su pija durísima todavía sin acabar y sorpresivamente la metió de un solo golpe bien a fondo en el culo de mi mujercita, que dejó escapar un lastimero grito de dolor.Eso era lo que precisamente quería ese hijo de puta, ver a Ana llorar de dolor.“Te gusta, perrita? Así quería tenerte, llorando y pidiéndome más verga!”Ana ahora parecía enloquecida, pedía que no dejara de cogerla de esa manera tan brutal, tenía la mirada perdida y jadeaba sin parar, mientras movía sus caderas…Pude ver que se estaba acariciando el clítoris con una de sus manos y en pocos minutos sus muslos se levantaron y tensaron apretando la cintura de Ricardo, mientras un interminable alarido de placer dejaba ver que mi mujercita alcanzaba otro orgasmo mientras le rompían el culo.Mi amigo sonrió satisfecho al notar el goce de Ana, pero no dejó de bombearla con brutalidad, su enorme y tiesa verga entraba y salía con un veloz ritmo de la castigada cola de mi dulce esposa. Así estuvo un largo rato, metiéndole la pija con mucha violencia, abriendo ese estrecho ...
    ... ano, mientras le pegaba palmadas en sus firmes nalgas. Finalmente el hijo de puta arqueó su espalda y acabó dentro de ella.Muy despacio se desprendió del abrazo de las hermosas piernas de mi esposa y se salió de ella, mostrándome que su poderosa herramienta todavía seguía erecta.Sonrió estúpidamente, recogió su diminuto slip del suelo; pero entonces toda mi bronca acumulada por su brutalidad afloró repentinamente y lo empujé hacia la puerta, gritándole que desapareciera de nuestras vidas…Pero el turro siguió sonriendo, diciendo que tal vez podría volver por la noche a gozar nuevamente del castigado cuerpo de mi esposa antes de regresar.Ella seguía boca arriba sobre el sillón, las piernas bien abiertas dejaban ver la entrada de sus dos orificios, totalmente dilatados por la brutal cogida. Luego de recuperar un poco el aliento se acercó a besarme, me pidió otra vez perdón por haber invitado a ese hijo de puta; me dijo que me amaba y después se dirigió en forma tambaleante hacia el baño… le costaba caminar.De repente giró y me dijo que el resto de la noche solamente yo gozaría de su cuerpo… 
«123»