1. Patty


    Fecha: 16/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pierna y al posarla nuevamente vino a caer directamente encima de mi pene, ya duro y totalmente rígido por la excitación que me causaba su cercanía. En ese momento, ella abrió los ojos denotando sorpresa por el contacto que se estaba dando y yo instintivamente le sonreí y le guiñé un ojo pretendiendo que no se sintiera incómoda. Rápidamente puse mi brazo sobre su mano impidiéndole retirarla y ocultándola de la visión de los concurrentes, quienes departían alegremente y sin reparar mucho en nuestra conversación. Fui cediendo poco a poco la presión de mi brazo sobre su mano y mantuve la charla para tratar de atraer totalmente su atención. Ella, para mi sorpresa, no retiró inmediatamente su mano de mi verga, que estaba aprisionada por los bóxer pero que mostraba toda su dureza y grosor a ese contacto virginal, sino que la deslizó lentamente, una vez hacia arriba y luego hacia abajo suavemente sobre toda la longitud de mi verga. Luego, haciendo algo de presión sobre mi pierna, a modo de despedida, retiró su mano pero mantuvo su sonrisa, algo nerviosa. Hablamos un rato mas, se levantó de mi lado y se dirigió a otra parte de la casa. En la siguiente hora, varias veces nuestras miradas se cruzaron y yo sentía percibir en la suya algo de ansiedad y coquetería . Yo estaba en un grado de excitación total. La perseguía con mi mirada donde quiera que se hacía y quería hacerle sentir que estaba siendo atraído por ella. Entonces sucedió lo impredecible. Patty dijo en voz alta a su padre ...
    ... que tenía que ir a sacar las fotocopias de un libro que una compañera suya le había prestado y devolver el libro a su compañera. El papá de Patty, algo disgustado, le dijo que irían mas tarde, que porqué siempre se acordaban de esas cosas a última hora, precisamente cuando el estaba descansando y disfrutando de la compañía de sus familiares. Entonces, yo intervine y dije que en mi oficina, que queda a muy pocas cuadras de donde nos encontrábamos, tenía disponible la fotocopiadora y como yo tenía que pasar por algunos documentos, no tendría inconveniente en llevarla y facilitarle las cosas. Él, de muy buena gana dijo que eso era perfecto y como si nada nos despedimos de todos, inclusive de mi esposa, diciéndoles que regresaríamos en un rato. Salimos de la casa y nos montamos a mi automóvil sin mirarnos siquiera, ya dentro del auto mientras nos dirigíamos a mi oficina la miré y noté en ella un evidente nerviosismo por lo que le pregunté si le pasaba algo. Ella me respondió, con una sonrisa tímida pero coqueta, que le había dado pena lo que sucedió en la sala hacía solo un rato. Yo, tratando de disimular, le dije que no debería darle pena ir a mi oficina a sacar unas copias para su estudio. Ella haciendo cara de extrañeza y sin dejar de sonreír, me dijo que no sentía pena por esa razón, sino por la manera en que me había tocado estando en la sala. Inmediatamente reaccioné y le dije que eso no tenía importancia, que era una circunstancia normal y no deberíamos darle trascendencia. ...
«1234...»