1. Ana y el mecánico de barrio


    Fecha: 17/04/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... me miraba con una increíble expresión de lujuria.Mi “amigo” me preguntó si me gustaba como la estaba cogiendo a mi esposa y yo le pedí que no se detuviera, que la hiciera gozar como a la perra que realmente era.Ricardo rió sonoramente y aferró a Ana por las caderas, dándole un ritmo infernal a sus embestidas, provocándole a ella cada vez más gritos y aullidos de placer.Luego de unos minutos el hijo de puta volvió a sodomizarla, mientras disfrutaba de los alaridos de dolor que le provocaba a mi mujer toda su brutalidad.No recuerdo cuanto tiempo habrá pasado, pero Ana tuvo al menos otros tres orgasmos mientras le rompían el culo.Ricardo era de hierro. No había acabado nunca y la tenía tan dura como al principio. Yo por mi parte, ya había acabado dos veces mientras los miraba y me masturbaba cerca de la cama.Finalmente Ricardo arqueó su espalda y miró hacia el techo con la boca abierta sin poder gritar, permaneciendo quieto y sosteniendo firmemente la cola de Ana contra él, mientras le vaciaba todo su ...
    ... semen en el interior del delicado cuerpo de mi mujercita.Se dejó caer sobre la espalda de Anita, todavía con su gran verga enterrada en el culo de ella, mientras jadeaba pesadamente tratando de recuperaba la respiración. Luego se fue retirando despacio, riéndose al ver como su pija todavía dura chorreaba semen sobre la castigada cola de Ana.Ricardo se vistió sin apuro y se fue satisfecho, con la promesa de volver con algún amigo para pasar toda una noche y enfiestar a mi esposa, diciendo que yo solamente podría participar como testigo de lo que iban a hacerle entre los dos.Yo me quedé sentado en la cama junto a mi esposa, que todavía temblaba sacudida por sus intensos orgasmos, mientras poco a poco iba recuperando la respiración. Los dos tratábamos de entender cómo habíamos llegado a esa situación tan descontrolada, pero no lo terminábamos de comprender.Lo peor de todo es que Anita me confesó que ya estaba pensando en una próxima visita de ese mecánico rudo y ordinario… y no podía evitar excitarse… 
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