Helena y un alto en la autopista - Relatos Eróticos

Helena y un alto en la autopista

... ya estaba gozando.El hombre se dedicó a su propio placer, acrecentando el ritmo con que bombeaba su enorme y dura pija dentro de Helena. Ella continuaba gimiendo y pidiéndole que no dejara de cogerla de esa manera. Realmente lo estaba disfrutando muchísimo.Sus torneadas piernas se entrelazaban en la cintura del hombre, mientras gemía y acrecentaba su ritmo de jadeos y aullidos. Repentinamente noté que todo su cuerpo se crispaba sobre el del hombre y entonces entendí que había alcanzado su primer orgasmo.El tipo la dejó descansar sobre sus hombros unos instantes mientras le acariciaba las redondeadas nalgas y luego se retiró muy despacio de su interior, desprendiéndose del abrazo y dejándola de pie en el suelo.Le dijo entonces que todavía no había llegado a acabar y le propuso ir a la cabina de su camión, donde podrían disfrutar de un sitio mucho más cómodo para continuar cogiendo.Helena aceptó sonriendo y le pidió que la esperara afuera, mientras ella se arreglaba un poco. Apenas el hombre se fue, salí de mi escondite y me acerqué a ver cómo estaba. Nos besamos con mucha dulzura y acaricié sus inflamados labios vaginales con la yema de mis dedos, sintiendo sus cálidos fluidos que ahora le corrían entre los muslos escurriéndose hasta el suelo.Salimos al encuentro del musculoso semental.Lo encontramos junto a su camión en el estacionamiento y pareció sorprendido al ver que nos acercábamos a él tomadas de la mano. Luego su cara se iluminó, tal vez pensando que iba a poder ...

... enfiestarse con las dos al mismo tiempo. Le expliqué que yo solamente quería mirar mientras se la cogía a Helena, así que entonces se distendió un poco, pero todavía sin comprender demasiado bien la situación.Nos invitó a entrar a la cabina de su camión, cuyo compartimiento para dormir tenía una cama bastante espaciosa y cómoda. Helena comenzó a desnudarse, pero el hombre le pidió que permaneciera vestida. Verla con su falda arrollada en la cintura parecía excitarlo muchísimo más de lo imaginable.Ella se arrodilló frente al tipo, jugando con su verga entre las manos y la boca, lo que provocó rápidamente que se convirtiera en algo más duro que una piedra. Vista de cerca era una pija increíble, casi estuve a punto de caer en la tentación de compartirla.El hombre no perdió mucho tiempo en preliminares, ya sabía que la concha de Helena estaba bien lubricada y dilatada como para recibir nuevamente a su poderosa verga.Hizo que ella se acostara boca arriba y la tomó por los tobillos, haciéndole que abriera ampliamente sus interminables piernas torneadas. Luego guió su enorme verga hacia los húmedos labios vaginales de Helena, que gimió al sentir la nueva penetración.Muy despacio fue empujando hasta que vi desaparecer su enorme pija dentro de la dulce concha de mi amiga, que a esta altura ya jadeaba y gemía entrecortadamente con los ojos cerrados, gozando nuevamente de una perfecta cogida.El hombre inició un lento ritmo de bombeo, con suaves embestidas que hacían gemir y jadear a Helena ...