1. La mujer del disidente (05). La galería


    Fecha: 12/05/2018, Categorías: Dominación Voyerismo Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos

    ... cogieron por el brazo, comenzaron a llevarla por la pasarela en la que se encontraba, hacia la derecha. Dicha pasarela, que formaba un rectángulo, también tenía puertas intermedias que podían abrirse o cerrarse dependiendo el recorrido que los agentes quisieran que hicieran los presos. También había dos puentes, de rejilla metálica como la pasarela, que unían las dos cornisas enfrentadas, facilitando atajos para no tener que rodear todo el patio por la galería rectangular. Al igual que la cornisa por la que iba caminando, ambos puentes contaban con puertas metálicas que se podían abrir o cerrar a conveniencia. A Amalia la dirigieron por la cornisa hasta el final de la galería, siguieron girando hacia el otro lado y la continuaron dirigiendo por la cornisa opuesta a la que antes ocupaba. Aunque todas las puertas metálicas se encontraban abiertas en ese momento, incluidas las de los dos puentes intermedios, Amalia se dio cuenta de que la estaban haciendo rodear todo el patio, la estaban exponiendo, haciéndola pasar por delante de casi todas las celdas. El clima de excitación ya se sentía en toda la galería, y todos los presos se habían agolpado contra los barrotes para verla pasar. Desde abajo, los presos que estaban en el patio también se movían igual que ellos, pero por debajo, intentando mirar entre las piernas de Amalia. Cuando al final llegaron al otro extremo de la galería, Amalia había hecho un desplazamiento casi en forma de U, con lo que había pasado por delante de 30 ...
    ... de las 40 celdas de la primera planta. Al pasar por cada celda había ido buscando a Antonio, pero aún no lo había visto. Tampoco lo había divisado en las celdas de la planta superior, aunque desde abajo vio que la mayoría debían de estar desocupadas, pues muy pocos presos se habían asomado a sus barrotes. Al llegar por fin al segundo extremo, tras todo el estrépito que habían montado los presos al verla, un guardia abrió una de las dos puertas que había, una a cada extremo de la pared. Al traspasar la puerta pudo ver cómo había una especie de pasillo amplio, haciendo de antesala de otras cuatro puertas. Las dos que tenía más cerca tenían barrotes, mientras que las otras dos eran puertas metálicas opacas. Las de los barrotes eran celdas idénticas a las que había por fuera de esa antesala, con la diferencia de que estas dos estaban como apartadas del resto, dándoles un poco más de intimidad, lo que Amalia agradeció. Los guardias abrieron una de las dos puertas y empujaron a Amalia a su interior. -¿Cuándo voy a poder ver a mi marido? -preguntó ella-. La única respuesta que obtuvo fue la de los guardias cerrando la puerta y echando la llave. Se dieron la vuelta y salieron por la puerta de la antesala que daba al resto de la galería. Amalia se quedó de pie en el umbral observando su nueva estancia. Era una celda pequeña. A un lado tenía una litera con un colchón arriba y otro abajo. Amalia esperaba que al menos en algún momento la reunirán con su marido, permitiéndoles compartir ...
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